El chinero verde
Entrar
en aquella casa le trajo recuerdos agradables, añoranzas de un pasado del que
estaba seguro había vivido en algún tiempo, posiblemente bastante lejano, o
incluso demasiado cercano.
Desde
la puerta principal, una entrada de madera ajada por el tiempo, hasta podía
escuchar a las polillas raer en aquellos viejos travesaños. No necesitó más de
dos pasos para entrar en la cocina y ver de frente el chinero verde,
exactamente igual al que recordaba de su abuela, donde guardaba las preciadas
galletas que elaboraba con mimo todos los domingos.
Ahora
se preguntaba porque aquella pequeña mujer de cara arrugada, pelo blanco como
la nieve, siempre vestida de negro, le llamaba chinero a un armario de cocina en
el que guardaba todos los utensilios que a lo largo de los días se iban
utilizando para el servicio de la mesa. Donde con delicadeza conservaba un
juego de café que le habían regalado por su boda.
En
un sofá cercano al preciado chinero, un hombre, posiblemente con una edad
cercana al centenar, descasaba plácidamente, al mirar su cara observó que
estaba en paz, consigo mismo y con la vida.
No
reconoció a aquel hombre, su cara no le producía ninguna sensación, no era así
aquel viejo chinero, solo con mirarlo los recuerdos afloraban entre alegres y
tristes, incluso podía oler a las galletas de los domingos, escuchar el
tintineo del fuego quemando los troncos de leña en la chimenea que en ese
momento estaba apagada.
Por
un momento viajó a una vida anterior, a un lugar que le traía recuerdos que no
deseaba olvidar, sentía añoranza de aquellos momentos de los que estaba seguro
había vivido, disfrutado y hasta ese momento jamás los había recordado.
Un
simple objeto lo transportaba a ese mundo y a una época que afloraba a retazos
y sentía una dicha extremadamente agradable. Quería recordar por qué estaba en
aquella casa ¿Qué era lo que le había llevado hasta ella? ¿Qué tenía que
hacer allí? ¿Quién era aquel hombre al que ya no le importaba si había intrusos
o no?
Demasiadas
preguntas sin respuesta, por más que intentaba descubrir a que había ido, más
se centraba en los recuerdos que aquel dichoso chinero le producían.
De
pronto y sin esperarlo se vio atrapado en la oscuridad, todo lo que estaba
viendo se evaporaba, desaparecía como por arte de magia, poco a poco sus
recuerdos y todo lo que por unos minutos había sentido, se difuminaban tragados
por aquella negrura improvisada.
—Es
la última oportunidad, no te daré otra. Tu trabajo es recoger almas, eres la
parca, no puede olvidar a que vas al plano terrenal.
Qué buena historia, sobre todo por ese sorprendente final que te hace reinterpretar todo el texto. Me ha encantado. Un abrazo, Mar.
ResponderEliminarEsos finales...me encantan!! Sorprender así no es fácil.
ResponderEliminarBesos.
Vaya si la muerte tuvo su mundanidad. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarAhora sí hasta un vuelvo dio mi estómago con este final. Jamás, jamás me vas a dejar de sorprender Mar. Ay, fantástico, de verdad fantástico.
ResponderEliminarUn abrazo querida Mar! 🌹🌹🌹🤗🤗🤗
A una parca entrada en años se le puede perdonar que sea olvidadiza. Ay, lo que hace el paso de los años...
ResponderEliminarHasta la muerte puede tener momentos proustianos.
ResponderEliminarBuen relato, te hace leer hasta el final, enhorabuena. Un saludo de ANTIGÜEDADES DEL MUNDO
ResponderEliminarBeautiful blog
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminarUn final sorprendente que hace necesaria una segunda lectura. La parca con un pasado humano, con recuerdos entrañables, un concepto de lo más original, de algún modo la humaniza aunque claro, no se puede olvidar del trabajo. Un gran relato, enhorabuena. (Una disculpa he andado ausente de vacaciones y voy poco a poco poniéndome al día. Saludos.)
ResponderEliminarQué bueno!! Creía que iba por una idea y era otra. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarHermosa historia, me encantó la descripción del lugar, casi me llevó a mi infancia.
ResponderEliminarEl final sorprendente, me encanta, un abrazo.
PATRICIA F.
Un recolector de almas... escribí un relato sobre un protagonista parecido hace muchos años. Ojalá y lograra recuperarlo. Un gran relato sin duda. Saludos desde marcosplanert.blog
ResponderEliminarEs importante contar con recursos confiables cuando se trata de financiamiento comercial y estoy seguro de que los consultores de préstamos de Pedro pueden ayudar a quienes lo necesitan. No dude en comunicarse con ellos si necesita ayuda con las necesidades financieras de su negocio, comuníquese con Pedro Loan Consultant a través de su dirección de correo electrónico a continuación. Estoy muy agradecido de que me hayan aprobado mi préstamo.
ResponderEliminarloans@plcincorporation.com
pedroloanss@gmail.com
¡La mejor de las suertes para usted y su negocio!