La novia La niebla se espesaba a cada minuto, no podía acelerar a más de cuarenta kilómetros hora, las luces chocaban contra la espesura que tenían delante y rebotaban haciendo que la visión fuese pésima y cansada. Los dos hombres regresaban de la despedida de soltero de un buen amigo, habían bebido algo, y por ello se centraban en la vía de la carretera, evitando cruzar al otro lado o caer por el barranco. Lo bueno era que en todo el trayecto no se habían cruzado con ningún coche. Habían elegido ese camino para evitar controles y tráfico. —¿Sabes por donde vamos a pasar?, ¿verdad? —el copiloto miró de reojo a su amigo, sin apartar la vista del frente. —Eso no son más que tonterías de viejas. ¿Realmente crees que hay una mujer muerta ahí en esa curva? —¡Bueno!, no sé si lo pienso o no, pero un poco de miedo da. —Estoy seguro de que el que se inventó todo eso, iba más bebido que nosotros, dos juntos. —Pues a mí, se me están poniendo los pelos de punta. Dicen que dos recién casados tuv
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones