Men and Men
Hombre y Hombre
Dos hombres en la barra
de un bar, uno de ellos tomando un whisky solo y el otro un whisky con hielo.
No había demasiada clientela, en una de las mesas más apartadas, donde la
oscuridad era más persistente, una pareja se abrazaba y se besaban.
El primer hombre miraba
una fotografía, el segundo de vez en cuando miraba su teléfono móvil, por
momentos sus miradas se cruzaban llegando a pensar que los dos estaban allí por
motivos similares.
Una de las miradas
cruzadas fue más larga de lo normal, demasiado intensa, lo que invitó al primer
hombre a llevar la iniciativa, pidiendo otro whisky, al tiempo que le decía al
camarero que le pusiese otra copa al segundo hombre.
El segundo hombre aceptó
la invitación y se acercó para presentarse al tiempo que le daba las gracias.
Comenzó así una conversación que los dos necesitaban, ambos precisaban de un
desconocido para sincerarse y desahogar la situación que los había llevado a
aquel bar.
El primer hombre había
llegado temprano a casa y se había encontrado a su mujer con otro en su propia
cama, no había dicho nada, salió de la habitación sin que ella se hubiese dado
cuenta; ahora no sabía si volver sin más o no volver.
Al segundo hombre lo
había abandonado por su pareja, hacía dos días que le había pedido el divorcio,
la excusa, la de siempre, que no le había dado lo que quería, que necesitaba
algo más; seguían viviendo juntos mientras él no encontrase un lugar donde
mudarse, llevaba dos noches que le costaba acudir a aquella casa y mataba el
tiempo en aquel bar.
Bebieron una copa más
cada uno y el segundo hombre comentó que le encantaría bañarse desnudo en el
mar. El primer hombre le miró sonriendo al tiempo que le decía:
—Hagámoslo.
Estuvieron nadando cerca
de una hora, jugando inocentemente con el agua, hasta que la inocencia se
perdió con la primera caricia del primer hombre, se abrazaron, se besaron, se
acariciaron, se dijeron palabras hermosas y culminaron aquella aventura en la arena.
Estaba amaneciendo,
seguían abrazados, sus cuerpos desnudos, el corazón latiendo como nunca lo
había hecho, sus manos entrelazadas y el primer hombre dijo:
—Prométeme que nunca me
vas a engañar.
El segundo hombre, seguro
de sus palabras, le prometió que nunca le engañaría, al tiempo que él también
hacía una petición:
—Júrame que siempre me
vas a decir si te falta algo y que juntos buscaremos todo lo que nos falte.
—Siempre— Respondió el
primer hombre.
La arena, la brisa del
amanecer y las olas del mar fueron testigos de aquel amor encontrado sin
buscarlo.
Men and Men
Hombre y Hombre
Dos hombres en la barra
de un bar, uno de ellos tomando un whisky solo y el otro un whisky con hielo.
No había demasiada clientela, en una de las mesas más apartadas, donde la
oscuridad era más persistente, una pareja se abrazaba y se besaban.
El primer hombre miraba
una fotografía, el segundo de vez en cuando miraba su teléfono móvil, por
momentos sus miradas se cruzaban llegando a pensar que los dos estaban allí por
motivos similares.
Una de las miradas
cruzadas fue más larga de lo normal, demasiado intensa, lo que invitó al primer
hombre a llevar la iniciativa, pidiendo otro whisky, al tiempo que le decía al
camarero que le pusiese otra copa al segundo hombre.
El segundo hombre aceptó
la invitación y se acercó para presentarse al tiempo que le daba las gracias.
Comenzó así una conversación que los dos necesitaban, ambos precisaban de un
desconocido para sincerarse y desahogar la situación que los había llevado a
aquel bar.
El primer hombre había
llegado temprano a casa y se había encontrado a su mujer con otro en su propia
cama, no había dicho nada, salió de la habitación sin que ella se hubiese dado
cuenta; ahora no sabía si volver sin más o no volver.
Al segundo hombre lo
había abandonado por su pareja, hacía dos días que le había pedido el divorcio,
la excusa, la de siempre, que no le había dado lo que quería, que necesitaba
algo más; seguían viviendo juntos mientras él no encontrase un lugar donde
mudarse, llevaba dos noches que le costaba acudir a aquella casa y mataba el
tiempo en aquel bar.
Bebieron una copa más
cada uno y el segundo hombre comentó que le encantaría bañarse desnudo en el
mar. El primer hombre le miró sonriendo al tiempo que le decía:
—Hagámoslo.
Estuvieron nadando cerca
de una hora, jugando inocentemente con el agua, hasta que la inocencia se
perdió con la primera caricia del primer hombre, se abrazaron, se besaron, se
acariciaron, se dijeron palabras hermosas y culminaron aquella aventura en la arena.
Estaba amaneciendo,
seguían abrazados, sus cuerpos desnudos, el corazón latiendo como nunca lo
había hecho, sus manos entrelazadas y el primer hombre dijo:
—Prométeme que nunca me
vas a engañar.
El segundo hombre, seguro
de sus palabras, le prometió que nunca le engañaría, al tiempo que él también
hacía una petición:
—Júrame que siempre me
vas a decir si te falta algo y que juntos buscaremos todo lo que nos falte.
—Siempre— Respondió el
primer hombre.
La arena, la brisa del
amanecer y las olas del mar fueron testigos de aquel amor encontrado sin
buscarlo.
A veces las historias de amor surgen de la forma más inesperada. Está claro que si tienes una pareja lo primordial es el respeto y la sinceridad, la comunicación es clave para que la relación vaya bien!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Un abrazo
EliminarHola!!
ResponderEliminarCarai que escrito que te lleva a dejar llevar la imaginacion👏🏼👏🏼👏🏼
Ne encanta este tipo de historias y creo sinceramente que existen en la vida real y son las que te dan vida
Besos
Todo es posible, el corazón va por libre. Besos
EliminarMe encantan las historias de amor y las cosas mas maravillosas surgen en esos momentos en que jamas lo esperas. Hermoso relato, es un placer leerte!
ResponderEliminarGracias, me alegra que te haya gustado.
EliminarHola. Me ha gustado el relato, pero me ha faltado algo más. Me conmueve que dos almas perdidas se encuentre y se unan en un destino conjunto. Ya sé que me ha faltado, el desarrollo de ese momento en que estos dos hombres desconocido se dan cuenta que son uno, quiero esos sentimientos, quiero sentirlo. Volviste a cautivarme. Besos.
ResponderEliminarGracias por tu sugerencia, gracias por leer. Un beso
EliminarEsta es otra de tus historias con final inesperado. Sí que estaba claro que necesitaban contarle las penas a cualquiera pero vaya chispa que saltó de repente, hay que ver lo que les hizo ver el whisky, algo que de otra manero puede que no hubiesen descubierto, bss!
ResponderEliminarTodo es posible, el amor surge donde menos lo esperas. Besos
EliminarHay encuentros que te cambian la vida y a veces suceden después de sucesos muy fuertes, me sorprendió el final, pero estaban tristes al principio y creo que al final veían el mundo de una manera diferente.
ResponderEliminarLa vida que da muchas vueltas. Besos
EliminarSí, inesperado!!!
ResponderEliminarTotalmente. Besos
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