El asesino de la marioneta
Llevaba más de seis meses
planeando el asesinato perfecto, necesitaba deshacerse de su socio, de aquel
hombre que se lo estaba quitando todo, su mujer, sus hijos, su casa, y pronto
querría también quedarse con su parte del negocio.
Habían sido amigos desde
la infancia, unidos prosperaron montando varios negocios de venta y alquiler de
coches, se podían permitir vivir bien, todo funcionaba correctamente hasta que
ese copropietario se habían entrometido en su vida y no se lo iba a permitir.
Planeó con mucho cuidado
y al milímetro el asesinato perfecto, para ello buscó a diez kilómetros de su
ciudad un hombre con las mismas características que su asociado, lo encontró, eran
de la misma estatura, más o menos los mismos años y un parecido asombroso. Lo estuvo
siguiendo varias noches anotando su rutina, salir del trabajo, parar en un bar
e ir a casa.
Esa tarde dejó todo
planificado comenzaría la primera prueba. Durante el trayecto iba pensando en
su venganza, sentía un bienestar que le producía una plácida satisfacción, condujo
por carreteras de poco tránsito, mantenía la velocidad para no llamar la
atención, aparcó en un callejón donde no había luz. Se puso una capucha, dos
pares de guantes, caminó durante cinco minutos por aquella acera llevando en su
mano un maletín y dentro de este una marioneta.
Buscó el mejor banco del parque, por donde
sabía que aquel hombre pasaría. El
desconocido, caminaba sin saber que ahí tendría su fin, al pasar por delante
del banco vio una marioneta abandonada junto a un maletín, se acercó mirando a
un lado y otro, al no ver a nadie decidió llevárselo todo, tan pronto agarró la
marioneta comenzó a sentirse mal, mareado, con un fuerte dolor de cabeza, acabó
desmayado y muerto.
Al día siguiente las
noticias informaban de un hombre muerto en el parque debido a un letal veneno
que había actuado en segundos. Mientras miraba las noticias, pensaba en lo bien
que saliera todo, que ya tenía parte del trabajo hecho, ahora quedaba la
segunda parte.
Localizó otro hombre de
características similares a su socio, esta vez a cinco kilómetros de su
residencia. Lo encontró, mientras lo seguía pensaba en el compañero que lo había
traicionado, en el poco tiempo que le quedaba, pronto desaparecería y él
volvería a recuperar lo que era suyo.
Con el segundo hombre
tenía un problema, del trabajo se iba directamente a casa por zonas muy
transitadas. Sin perder la esperanza, lo vigiló, al cabo de
una media hora lo vio salir con un perro que llevaba a pasear a un parque cercano,
donde lo dejaba correr mientras él se sentaba, esperando que el animal hiciese
sus necesidades y algo de ejercicio.
Salió de su casa, por la
noche por carreteras poco transitadas, mantenía la velocidad para no llamar la
atención, aparcó el coche en un callejón oscuro, se fue caminando hacía aquel
parque, en el banco donde se sentaba aquel hombre, dejó el maletín y la
marioneta. El primero en tocar la
marioneta fue el perro, el cual se desvaneció al momento, el hombre corrió a
sacarle lo que tenía en la boca, tan pronto la tocó se desmayó y ambos
murieron.
En las noticias trataban
el tema como algo que comenzaba a ser serio y grave, ya pensaban en un asesino
en serie, lo que no sabían era el modus operandi, pues no había lucha, ni
huellas, ni testigos, ni nada que pudiese explicar el desarrollo de lo sucedido.
A los tres días del
segundo asesinato, preparó como iba a ser el de su socio. Sabía que todos los
jueves por la tarde noche iba a visitar a su madre a una residencia de ancianos,
que estaba allí una hora y luego se iba a un puesto de la calle a comer
algo. Pedía la comida y se sentaba en un
banco del parque.
Ese sería su momento,
todo estaba bien planeado, tendría que tener mucho cuidado de no ser visto, de
que nadie se fijase en él.
Esperó agazapado entre
los árboles, tan pronto le vio salir de la residencia lo vio dirigirse al
puesto de comida y buscar un banco apartado donde poder comer tranquilamente.
Todo estaba saliendo como esperaba no tenía mas que aprovechar la ocasión, se puso una capucha dos pares de guantes en cada mano,
agarró la marioneta y con una de sus manos rozó la nuca de su socio mientras
seguía caminando al tiempo que veía como se caía del banco desmayado y muerto. Lo
había conseguido, no lo lamentaba, varias personas se acercaban para comprobar
lo que pasaba, él caminaba rápido mirando aquel remolino de gente, de repente
algo se interpuso en su camino que lo hizo caer al tiempo que veía como la cara
de aquella marioneta rozaba la suya sin darle tiempo a nada, se desmayó y
murió.
En las noticias la alarma
fue a nivel nacional, había cuatro asesinatos, ahora sabían que era un hombre
que llevaba una marioneta, puesto que con el último muerto había perdido el
arma letal. Ya tenían más datos,
sabían el tipo de veneno y la forma de actuar, el caso quedó abierto como el
asesino de la marioneta.
Este es el tipo de libro con imágenes que se te quedan en la cabeza y que no puedes dejar de leer
ResponderEliminarMaria Jose
Ya te he dicho otras veces que me gusta mucho cómo escribes. Este microrrelato me ha encantado. Si fuese una novela lo deboraría. Enhorabuena
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarla verdad es que al final tuvo lo que merecía a pesar de la minuciosidad con la que lo tenía todo planeado. Mira que he leído libros e historias pero es la primera vez que me encuentro con esta forma de asesinar. Porcierto que la imagen de la marioneta es bastante inquietante. Como siempre, me encanta lo que escribes.
Besos!!
Me encanta como explicas y ese tipo de novela que te engancha desde el principio🤩🤩
ResponderEliminarMe gusta tu blog y tu tematica
Un saludo
Me encanta
ResponderEliminarHolaa!
ResponderEliminarParece de esas novelas que te enganchan desde la primera hoja y eso es lo que necesito, me chifla como escribes, te lo imaginas en tus pensamientos, esa manera de asesinar, da miedito...
Un besazo!
Me encanta tus relatos, historias que dicen tanto en pocos renglones. Siempre es un placer leerte...y sin dudas el asesino de la marioneta esta entre mis favoritos!!! Saludos
ResponderEliminarHola! hace ya un tiempo que vengo leyendo tus historias y siempre me terminan atrapando. Me encantan esos finales inesperados. Saludos!
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy sabes plasmar la mente del asesino como nadie! que meticuloso y cuantas ganas de matar tenía! Muy tétrico que además fuera con su marioneta, le da como un toque más de terror
Tendrá continuación este final abierto?
Un besazo
Esto ha terminado siendo el cazador cazado. Pero vaya mala leche, si su objetivo era el socio (siempre se dice que no hay que mezclar amistad con negocios) qué culpa tendrían los otros extraños y el perro...Pero el destino quiso que tuviera su merecido, bss!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarSin duda este relato, además de el enganche que siempre consigues con todos y cada uno de los relatos que nos compartes, es un fil ejemplo de que el karma existe. O bueno, eso creo yo.
Lo que me ha descolocado un poco ha sido la mente tan fría del protagonista. Vamos, lo de ir matando antes a individuos similares a su socio si este último era su objetivo. Pero bueno, a saber lo que pasa por la mente perturbada de un asesino...
Besotes
¡Cómo me atrapan tus relatos! Súper intrigante e inquietante. Da grima estas mentes perturbadas capaces de hacer cualquier cosa. Les puede pasar por la cabeza cualquier pensamiento o locura y llevarlo a cabo.
ResponderEliminarBesotes
Bien dicen que no hay crimen perfecto y siempre queda algún cabo suelto, era injusto que hubiese matado a personas inocentes, el karma lo alcanzó muy rápido.
ResponderEliminarHola guapa, pues que curioso el final del relato, la verdad es que el titulo me ha llevado a pensar que el desenlace seria diferente pero me ha gustado mucho ese final tan impactante, y claro, hay crimenes que nunca se podran resolver! besos
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