Horóscopo
Sara, vivía ajena a todo lo que
pasaba en el exterior, su trabajo desde casa le permitía tener unos ingresos, disponer de una vida cómoda, padecía un trastorno de ansiedad social muy agudo, lo cual la condicionaba a mantener relaciones fuera de su lugar de confort. Ya pasaba de los cuarenta, en todos esos años los amigos la fueron abandonado poco a poco, solo le quedaba una amiga que la visitaba de vez en cuando.
Su vida había transcurrido dentro de
aquellas cuatro paredes, simplemente salía para comprar o dar un paseo por
los alrededores. Nunca hablaba con nadie, no se permitía tener conversaciones
largas con sus vecinos. Durante toda su vida había sido una
niña triste, solitaria, necesitada de afecto.
Sara, creía ciegamente en el
horóscopo, lo analizaba todos los días, sentía que todo lo que leía en aquella
revista estaba escrito para ella. Todas las semanas la compraba solo por el
horóscopo, no le importaban aquellas fotos de famosos y famosas que se casaban,
que iban de viaje o que tenían alguna historia rara. A ella solo le interesaban
aquellas líneas escritas por aquella mujer que estaba segura era igual que
ella, una mujer solitaria.
Llegó la semana en la que se sorprendió
de cada palabra que le habían escrito, aquel texto ya no era de una mujer
triste, eran palabras de esperanza, de amor, de alegría.
"Hoy es un gran día para ti, ponte guapa, alegra tu sonrisa, gozarás de una pasión inesperada que te hará plantearte la vida de otra manera, sal a buscar un parque, siéntate y el amor te reconocerá"
Cuanto más repasaba aquel texto más eufórica se sentía, su vida iba a cambiar, se lo
estaban diciendo y ella lo estaba creyendo.
Buscó su mejor vestido, se
maquilló, llevaba años sin hacerlo por lo que le llevó más tiempo del que pensaba, se
miró al espejo lo que vio le gustó, se sintió atractiva, deseada, hermosa. Se
quedó unos minutos mirando aquella imagen reflejada, parecía otra persona, alguien experto en relaciones sociales.
Su corazón latía con fuerza, colocó dos mechones de pelo que revoltosos se
habían deslizado hacía la mejilla, mechones que siempre llevaba apretados en un
recogido y ahora al verse libres no sabían cuál era su sitio.
Salió a la calle, se sentó en
un banco de un parque cercano, estaba siguiendo paso a paso las instrucciones recibidas.
Atenta a todos los que
pasaban por delante los miraba y ellos también la miraban, pero ninguno se
paraba, uno hasta le brindó un piropo que ella recibió sonrojándose.
Durante horas permaneció sentada
en aquel banco, el tiempo iba pasando, cada vez su tristeza afloraba
humedeciendo sus ojos. No quiso esperar más, se levantó y caminó con paso lento
hasta su casa, la embargaba la tristeza hasta que levantó la vista le vio allí de pie, el sol se reflejaba
en su pelo, en sus ojos negros, se le notaba nervioso y al mismo tiempo seguro.
Se miraron durante unos segundos, y supo que era él.
No sabía cómo actuar, que
decir o que hacer, él llevó la iniciativa, se presentó, le acarició la mano antes de agarrarla,
ella respondió a ese apretón de manos, se presentaron y los labios de él rozaron su mejilla que le produjeron una nueva sensación.
Sara, le invitó a entrar, echó
por tierra toda su vergüenza, toda su soledad para permitirse disfrutar aunque
solo fuese por un día, por unas horas, por un momento.
Necesitaba ese instante, esa oportunidad de sentirse especial, única. Y lo consiguió.
Vaya, esta genial, realmente no se tiene seguridad si las cosas ocurrieron porque se atrevió a vivir, o porque era su destino, como el horoscopo le predecía. Realmente en la vida nos pasa lo mismo, nunca podremos saber si nosotros tejimos nuestro destino, o ye estaba hecho así, pero hay que vivirlo, excelente relato!
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy nos has sorprendido mucho con este texto tan diferente! Me gusta verte explorar otros terrenos como son la ilusión y el amor, lo haces super bien
Es bonito ver que las cosas pueden cambiar y salir bien, me gusta que se haya atrevido aunque sea motivada por algo que puede parecer ilógico
Un besazo
Hola!
ResponderEliminarvaya sorpresa el horóscopo, ¿no? era el empujón que necesitaba para atreverse a vivir un poco y sacudirse de encima las paredes de la casa. ¿Cómo seguirá todo? Espero que bien, que se lo merece.
Besos!