Un cadáver para el jardín
Allí estaba ella, mirando
aquella casa, contemplando aquel jardín, era ideal para plantar sus flores,
adoraba la jardinería, se sentía dichosa cada vez que veía como sus plantas
florecían al llegar la primavera.
La casa, era pequeña, con
grandes ventanas, una valla de madera carcomida por las inclemencias del
tiempo; no le importaba, todo lo que veía desde el exterior le gustaba.
El vendedor, llevaba una
hora de retraso, sin embargo, ella, no se movió de aquel jardín, esperaría el
tiempo que fuese necesario, aquella casa tenía que ser suya.
Cuando el vendedor aparcó
su coche, la saludó con la mano, llegaba agitado, sudoroso, descamisado, le
tendió aquella mano húmeda y ella simplemente la rozó, le daba asco tocarla. Se
presentó, se disculpó por haber tardado, argumentando que había tenido una
emergencia. Ella, no le dio importancia, sin decir nada, comenzó a caminar
hacia la casa.
Él, la siguió, al tiempo
que miraba su trasero y pensaba, que era una mujer muy guapa y con unas bonitas
piernas.
Al llegar a la puerta se
paró, él, sacó un manojo de llaves buscando la adecuada, hablaba y hablaba de
las mejoras que se habían realizado en el interior, de las calidades, de
cuantas habitaciones tenía, y la invitó a pasar a la cocina.
Aquella casa, le había
dado muy buenas vibraciones y una sensación de paz y tranquilidad, era una casa
solitaria, tranquila, acogedora. Hecha la compra de la casa y firmados los
papeles, quedaron en que se haría la transferencia al día siguiente.
Él, estaba feliz, estaba
guardando sus papeles en la carpeta, cuando sintió un dolor agudo bajo el
omóplato, notaba como sus pulmones se encharcaban, impidiendo el poder
respirar. Se dio la vuelta mirando a aquella mujer, al tiempo que tocaba su
espalda notando un gran cuchillo hundido en su cuerpo.
Ella, por primera vez,
esbozó una sonrisa, mientras miraba como el vendedor caía muerto a sus pies.
Cavó un hoyo en el
jardín, arrastró aquel cuerpo y lo enterró, pensando que comenzaría una nueva
vida en esa casa, y lo más importante, sus plantas crecerían hermosas, igual
que habían florecido en las últimas cinco casas anteriores.
Un relato muy entretenido. Como siempre un placer leerte. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias El Desvan de Vicensi, me alegra saber que sigue ahí.
ResponderEliminarLlamame rara, pero me encanta cuando son las mujeres las malas malisimas, no se... es quiza un tema de justicia ya que siempre son los hombres los asesinos en serie y lo dudo... no se yo si con cadaveres crecen mejor las flores, espero que no te lea nadie obsesionado con la jardineria! besos
ResponderEliminarUn relato excelente, creo que no debemos de hablar de feminismo en esta ocasión... Simplemente personas encima de otras.
ResponderEliminarMe ha parecido maravilloso
¡¡Holiii!!
ResponderEliminarPero, ¿quién es esa mujer? ¿Una asesina en serie? ¿una viuda negra? ¡¡no me quiero quedar con la intriga!! Y lo que me ha dejado de piedra es que da a entender como que lleva ¿5 muertos? ¡¡woooow!! ¿Habrá una continuación?
¡¡Bssos!!
Me encantan tus relatos, siempre tienen un final inesperado y te dejan con ganas de más. Quién diría que probablemente ya haya matado a 5 más.
ResponderEliminarOfuuu qué sangre fría tiene la tía jajaj Tienes que escribir un libro pero yaa si solo con estos relatos nos dejas a todos en plan "que??". Nada, deseando saber más. Ya nos irás contando.
ResponderEliminarBesotes
Hola wapa! Creo que con todos los pequeños relatos que nos vas contando podrias escribir un libro, lo has pensado alguna vez? bsss
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarMadre mía que relato más espeluznante, sobretodo el final con esa sonrisa! Claro, esta feliz porque ha conseguido lo que queria y su jardín lucirá maravilloso pero.. a que precio??
Es una historia que pone los pelos de punta!
Un besazo