Ansia de deseo 2
Si no has leído la primera parte, te dejo el enlace para que la leas y puedas seguir con esta que es la segunda parte de Ansia de deseo.
La decisión que había
tomado, sabía que no era la más adecuada, pero ella se sentía bien, y eso era
lo principal, nunca se hubiera imaginado tomar esa salida, si no fuese porque
estaba dolida, furiosa, se sentía traicionada tanto por la parte de su marido
como por la de su mejor amiga.
Tras agarrar a su marido
por la solapa y hacerle el amor, se levantó y se fue al baño. Él, casi no podía
moverse, estaba extasiado, nunca su mujer le había hecho tan feliz, necesitaba
seguirla, abrazarla, besarla, decirle cuanto la quería. Se levantó y la siguió,
la abrazó por detrás y la besó en la nuca.
—Cariño, ha sido
maravilloso, me has hecho el hombre más feliz del mundo, no puedes imaginar
cuanto te quiero.
—Lo sé, para mí también
fue magnífico.
—Estuve pensando que hoy
podría dedicarte todo el día, podríamos ir a pasear, a comer, ¿Qué te parece?
—Él había dicho esas palabras con ternura y muy sinceras.
—Pues… no, voy a
vestirme, hacer la maleta y dejarte.
—¿Dejarme? ¿A dónde vas?
—Las dos preguntas habían sonado con voz temblorosa.
—Lo más lejos posible de
ti, no quiero volver a verte. —Ella, hablaba con tranquilidad, sin levantar la
voz, casi con dulzura.
Eso a él lo
desconcertaba, pues no podía distinguir si estaba de broma o enfadada.
—No entiendo cariño. No
entiendo nada. ¿Qué me quieres decir?
Ella dejó de hacer la
maleta, le miró, respiró hondo, no quería perder la calma, quería mantener esa
actitud, sin levantar la voz.
—¿Qué es lo que no
entiendes? ¿Qué me vaya? Pues entiéndelo, ahora vas a tener tiempo para buscar
a Elena y retozar con ella.
Él, se quedó blanco como
la nieve, no esperaba que ella supiese de la aventura. No sabía qué decir, como
actuar, la notaba tan calmada que le asustaba, no era lo normal, sin embargo,
intentó disculparse, fue lo único que en ese momento se le ocurrió.
—Cariño, lo siento —Había
dicho esas palabras casi inaudibles —Solo, ha sido una vez, y todo fue un error,
comenzamos a hablar…
Ella le interrumpió, con
la mirada fija en sus ojos, en este caso, sin poder evitar levantar la voz.
—¿Un error?, vaya, ahora
se le llama error, qué pena me das, qué pena me dais los dos. Habéis perdido todo mi respeto, el daño ya
está hecho, y no hay vuelta atrás y pensándolo mejor, vas a hacer tú la maleta
y te largas, no te quiero volver a ver, busca a tu amiguita, y que te recoja en
su casa.
Vació su maleta y comenzó
a llenar la de él, la puso en la puerta y la cerró. Apoyada contra aquella
madera, lloró, lloró mucho, no había nada peor en el mundo que la traición de
las dos personas que más quería. Cuando
ya no tenía más lágrimas que derramar, se hizo una promesa, no volver a llorar
más por ellos, se repondría y saldría adelante, se lo merecía, estaba segura de
ello.
Me gusta el relato, las mujeres valientes y decididas como la protagonista me encantan. Un placer leerte. Un beso y feliz finde ❤️❤️❤
ResponderEliminarMuchas gracias un beso y buen finde.
EliminarHola :)
ResponderEliminarQue buena historia, me dejó sorprendida Mar, escribes muy bien por cierto. Me gusta la actitud de la mujer, es muy fuerte y al mismo tiempo de cierta manera vulnerable. Muy buena, ojalá Ansia de Deseo tenga una tercera parte :)
Muchas gracias, me alegra muchísimo que te haya gustado.
EliminarHola! Tanto la primera parte como está son muy interesantes, intensas y muchas emociones, sentimientos, están plasmado en el post. Me gusta el que creo hasta ahora cómo terminó, creo que casi todo el mundo hemos vivido algo similar, la traición de personas que queremos. Siempre que puedo leer tus post, me trasporta a imaginar cada instante además, la redacción todo deja un increíble sensación y emociones. ¡Esta excelente!
ResponderEliminarMuchas gracias Nadia, me alegra que te hay gustado.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que admito la sangre fría de la protagonista en parte. Vamos yo lo último que hubiese hecho es hacer el amor con ese traidor, pero es que me ha gustado ver esa actitud de empoderamiento y seguridad en ella, aunque obvio que la procesión va por dentro.
Estoy con Nido Colectivo, en lo de que podrías explotar más al personaje con más partes. Aunque obvio que el mensaje y desarrollo de este relato, o bueno, los dos relatos, se cierra de la mejor manera posible a mi gusto. Desechando a esos seres tan despreciables de su vida, y decidir no derramar ni una sola lágrima más por ellos.
Besotes