Camina a mi lado
Galopando por la pradera,
se sentía seguro sobre los lomos de su caballo, su amigo durante años, habían
crecido juntos, ambos se entendían con solo una mirada o un acercamiento. Ese día todo cambió, un tiro de un cazador,
asustó a Sancho, que comenzó a galopar desbocado sin tiempo para que Rodrigo se
agarrase fuertemente a las bridas.
El impulso hizo que se
descolgase de la silla y su pierna quedase enganchada en el estribo. Sancho
galopaba con Rodrigo sin poder soltarse, notando como los huesos de su pierna
se rompían por varios sitios, el dolor era insoportable. El animal, a toda
velocidad, introdujo su pata delantera derecha en un hoyo, se escuchó como se
partía. Ambos rodaron por el suelo unos cuantos metros.
Camino del hospital,
Rodrigo, le rogaba a su padre, que no sacrificase a Sancho, que él, lo quería,
aunque nunca más pudiese trotar.
El joven estuvo tres
meses en el hospital, se había roto la pierna por tres sitios, la operación fue
larga, tendría rehabilitación por una larga temporada.
Sancho, en su cuadra,
comenzaba a levantarse, le habían curado aquella rotura lo mejor posible, sin
embargo, estaba deprimido, triste, echaba de menos a su compañero. Comía muy
poco, a pesar de los cuidados que recibía, le faltaba aquel amigo
incondicional, aquella figura que le mimaba.
El alta de Rodrigo, fue
una alegría, podría ver a Sancho, estar con él, cuidarle. En su silla de
ruedas, entró en la cuadra, se quedó frente a la puerta. Sancho notó su
presencia, apoyó su cabeza en aquellas tablas de la cuadra, durante horas se
miraron, ninguno de los dos se movía, no era necesario.
Rodrigo se quedó varios
días al lado de su amigo, solo los separaban unas maderas por las cuales el
caballo sacaba su cabeza para comprobar que Rodrigo seguía a su lado. Acercó su
mano tocando la cabeza de Sancho y así estuvieron durante bastante tiempo. El
contacto era suficiente para saber, que estarían siempre unidos.
Ambos cojeaban, Rodrigo
nunca volvió a montar a Sancho, paseaban por la pradera, juntos, eran amigos,
aunque nadie lo entendiese.
Qué historia tan triste. La conexión que se puede llegar a tener con un animal supera cualquier barrera. Muchos no la entienden y creo que es porque no la sintieron. Ellos se entienden, se han lesionado los dos pero seguirán juntos.
ResponderEliminarBesotes
Hola guapa, jolin... hoy nos ha tocado historia triste y mira que me ha costado acabar de leerla eh, es que no puedo con el sufrimiento de los animales, me alegro eso si que el caballo no fuera sacrificado cuando realmente el culpable fue el cazador. Lo bueno es que los animales son amigos nuestros cojeemos, vayamos en silla o lo que sea, lo de los humanos ya es otro tema... besos
ResponderEliminarLiteral me dio dolor al leerlo Mi pierna derecha fue rota por dos partes sé cómo se siente ese dolor pero no me lo imagino a caballo en total tarde 9 meses en recuperarme
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminar¡Que historia tan conmovedora!
Empatizo mucho con el personaje de Rodrigo. Soy amante de los animales y soy de las que piensa que con ellos tenemos tener una conexión que supera todo los límites que podemos imaginarnos, y ellos con nosotros.
A pesar de que el final es un tanto melancólico, solo con el hecho de poder disfrutar uno del otro, creo que es el mayor de los regalos que, después de lo ocurrido, pudiesen tener.
Bello relato.
Besotes
¡Hola!
ResponderEliminarExcelente historia, no muchos de verdad entiende lo mucho que uno puede conectar con una mascota, es puro amor y si aunque no se volvió a montar estuvieron juntos y eso es amor y amistad. Muy linda ! ❤️
Hola,
ResponderEliminarque historia más bonita. No tengo la suerte de sentir esa conexión que mencionas. No puedo tener animales en casa por mi alergia, pero si que es cierto que, con el perrito de la familia de mi chico, a veces la he sentido y es una de las cosas más bonitas que hay.
un besote
Hola guapa
ResponderEliminarAy las historias en las que un animal sale herido siempre me suelen poner muy triste, y esta aunque tenga un final feliz también me ha emocionado
que amistad tan bonita tienen!
Un besazo
Vaya, la verdad esa historia me afectó un poco, pude sentir la tristeza que conectó a estos dos amigos, que aunque no sean ni de la misma especie, se entienden perfectamente entre sí por su situación.
ResponderEliminarExcelente relato! Saludos!
Siempre me han encantado los animales y sobre todo los caballos, así que está historia me ha gustado muchísimo. Gracias por compartir tus relatos con nosotros, un besote
ResponderEliminarLa conexión entre algunas personas y los animales es cierto que desde fuera mucha gente no lo entiende. Me has transmitido el dolor de la rotura de los dos y eso que tampoco entraste mucho en detalles. Que bueno que no lo sacrificara, no hubiera sido igual su estado de ánimo, bss!
ResponderEliminar¡¡Holiii!!
ResponderEliminarCreo que esta es la historia más triste y bonita que he leído desde que leo tu blog. Me alegro por un lado, de que no sacrificasen al caballo, pero me da pena, porque el chico no volvió a montar en su caballo. Pero al menos, seguirán siendo amigos, para siempre.
¡¡Bsssos!!