El destino sobre raíles
El ferrocarril se había
detenido en la estación, estaría sobre unos diez minutos, por si algún pasajero
quería bajar a estirar las piernas.
El revuelo por el pasillo
del tren era ensordecedor, algunos habían decidido bajar y moverse un poco por
el andén.
Ella, iba sentada con la
cabeza baja, no quería mirar a nadie, rezaba para que no se sentasen a su lado,
no quería que le dieran conversación, ni que se fijasen en ella. Sentía
vergüenza de sí misma, pensaba que era una cobarde, una mala persona, estaba huyendo
sin dar explicaciones, en una semana sería su boda, y lo había dejado todo, sin
decir nada a nadie, y sin despedirse.
Esa noche había entrado
en pánico, aunque aquel hombre parecía buena persona y agradable, no le quería,
solo imaginar que tenía que entregarse a él, le producía náuseas, siempre había
soñado casarse por amor.
Sus padres la habían
vendido como si fuese ganado, él, era veinte años mayor, aunque se conservaba
bien y parecía limpio, por el contrario, no podía dejar de pensar que toda su vida
tendría que estar atada a aquel hombre, a sus caprichos, a su voluntad.
Desde pequeña, le habían
otorgado a aquel hombre su mano, hubo momentos que lo vio, como algo normal,
hasta que fue cumpliendo años, y solo soñaba con el amor, que alguien se enamorase
de ella.
Quería mirar a la persona
amada y temblar de pasión, compartir su vida con alguien que realmente la amase
y se lo demostrase todos los días.
Podía ser una ilusa, y
sabía que sería repudiada de por vida, ¿llegaría a no importarle?, no lo sabía,
en ese momento, solo quería irse lejos, buscar su propio camino, y si le salía
mal, por lo menos sería el destino que había elegido.
El tren se puso en
marcha, levantó un poco la vista para mirar por la ventanilla, pidiéndole a
aquellos raíles que la llevasen donde pudiese ser ella misma. Ya no miraría
atrás, tendría que creer ciegamente que algún destino la estaría esperando.
Qué bello es saber que el amor, siempre será el amor... y que el valor de la libertad de ser quienes queramos SER, un gran aliado.
ResponderEliminarUna novia fugitiva en pos de la verdadera libertad y no someterse, eh. Bien.
ResponderEliminarNovia a la fuga aunque no es una comedia romantica porque por desgracia estas bodas concertadas son el pan de cada día de muchas culturas en las que no tienen en cuenta la opinión ni lo sentimientos de las mujeres, son simples acuerdos como si fueran cualquier mercancia, aunque no en todos los casos es así.
ResponderEliminarComo siempre un placer leerte. Me ha parecido una hsitoria muy entretenida. Un beso y feliz finde ❤️❤️❤
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la historia, escribes muy bonito.
Acabo de llegar a tu blog, me quedó por aquí y te invito al mío.
❀ Fantasy Violet ❀
Besotes! 💋💋
Me encanta leerte.
ResponderEliminarMe imagino la mezcla de angustia y liberación de la chica. Le deseo que encuentre el amor.
Espero con ansia el próximo post. Gracias
Hola guapa
ResponderEliminarUff ese sentimiento de querer huir de algo que no queremos y que nos va a hacer presas me ha dado mucha angustia, lo has transmitido muy bien
Me alegro de que se subiera al tren y espero que consiga su libertad
Un besazo
Los tiempos en que las bodas eran arregladas debieron de ser muy difíciles para la mujeres de esa época, cuantas no habrán tomado la misma decisión de la protagonista de este texto y cambiado así su destino para siempre.
ResponderEliminarQue fuerte, pensar que aún en algunas regiones puede estarse viviendo algo como eso. Casarse sin amor debe ser de las cosas mas extrañas que hay para mi, pero soy una apasionada del romance. Gracias, muy interesantes letras.
ResponderEliminarHola guapa, pues si, si sale mal almenos es la eleccion que uno ha tomado, realmente el relato es una metafora de la vida, cuando dejamos o huimos de algo que otros han programado para nosotros, quiza sea mejor lo que nos depara el futuro? quien sabe, pero lo habremos elegido! besos
ResponderEliminarAl menos este final pinta bien para la protagonista, que nos tienes acostumbrados a lo contrario ;) Dar el paso y huir de una vida desdichada no es fácil, sea lo que sea que haya detrás. Menos mal que ya no es muy frecuente el tema de los matrimonios concertados, bss!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarQue duro debe ser que te obliguen a casarte con alguien que no amas, por muy buena persona que sea.
Solo nosotros deberíamos de tener esa libertad de elegir cómo y con quién vivir nuestra vida.
Sin duda, la protagonista de hoy toma una decisión muy valiente, porque por lo general en realidad pocas pueden escapar y si lo hacen, las consecuencias no son nada agradables. Espero que ella sí lo lograse y pueda escribir con tu puño y letra su propia historia.
Besotes