La niña del agua
Leyenda
Un pequeño lago escondido
entre dos montañas ocultaba un secreto del que todo el pueblo estaba enterado y
del que nadie quería hablar.
A dos kilómetros de
distancia, una pequeña aldea en donde el tiempo quedara estancado, el agua se
recogía en cubos de madera que ellos mismos fabricaban, los candiles iluminaban
las ventanas al llegar el atardecer, las chimeneas escupían humo gris hasta más
allá de lo que podía verse.
Los hombres apuraban la
partida de cartas frente a un chiquito de vino recogido de aquellas vides que
rodeaban el lugar.
Las mujeres atareadas con
la cena esperaban a sus hombres y gritaban a los niños que corrían por las
calles de tierra.
Una tarde de un año
cualquiera nació una niña blanca como la nieve y ojos claros con el cielo, tan
pronto llegó al mundo, fue abandonada en aquel lago de color turquesa. Durante
dos días la escuchaban llorar, todos los que por allí pasaban evitaban
acercarse, se apartaban de ella creyendo que la maldición les llegaría si la
miraban directamente a los ojos.
Durante siglos temían a
todo lo desconocido, lo raro, lo poco habitual, lo distinto.
Los noventa y nueve
vecinos que habitaban en aquel vecindario no despertaban a la evolución, sus
creencias continuaban atascadas en el pasado, todo lo extraño lo escondían en
aquel lago que consideraban poderoso, mágico, celestial.
Nunca tocaban el agua, si
tenían que acercarse era para deshacerse de la maldad que consideraban podían
contaminarlos, tal y como hicieran con la niña a la que bautizaron como la niña
del agua.
Desde aquel fatídico
momento la niña del agua aparecía todas las primaveras, temían ese primer día,
se escondían en sus casas intentando no escuchar aquel llanto, en sus mentes
primitivas consideraban que el mal quería apoderarse de sus almas.
Un veintiuno de marzo,
amanecía con un color azul demasiado claro en el cielo, no se movía ni una sola
hoja de los árboles, el calor resultaba excesivo para esa época. Las vides se
comprimían contra el suelo perdiendo toda la cosecha, los pájaros levantaron el
vuelo alejándose de la zona, los animales inquietos deseaban abandonar sus
cuadras. Un suave canto amenizó aquella mañana, noventa y nueve vecinos en las
puertas de sus casas se miraban los unos a los otros sin saber lo que estaba
pasando.
A lo lejos vieron una
figura vestida de blanco que se acercaba cantando, cada vez que se cruzaba con
aquellos hombres, mujeres y niños caían fulminados, porque en sus mentes
arcaicas creían que era la niña del agua que venía a aniquilarlos.
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que el relato de hoy podría ser perfectamente una de las infinitas leyendas que van pasando de padres a hijos en muchos en los pueblos recónditos de nuestro territorio, es más, en mi pueblo hay muchas, aunque distan mucho de esta.
Sobre ella, me quedo, o eso es lo que he captado yo, que ya se sabe muchas veces un mismo texto despierta cosas diferentes a quienes lo leen, es que el karma de un modo u otro siempre está presente. Tememos a lo desconocido, a lo diferente, y solo por eso muchas veces renegamos de ello o lo apartamos sin piedad y sin haberle dado la oportunidad de descubrir qué era, y eso puede volverse en nuestra contra y ser un peso que llevemos encima toda la vida. Y más pesado es si ese peso se alimenta de nuestro miedo.
Como siempre, un placer leerte.
Besotes
Un texto fabuloso donde reflejas el miedo que tenemos todas las personas a lo desconocido. Me gusta mucho tu manera de redactar y describir cada cosa. Sigue así que nos encanta leerte. Un saludo.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu relato. Pero me he quedado con ganas de saber más. Pobre niña, víctima de esos pensamientos de sus vecinos. Me recuerda a las historias de brujas
ResponderEliminarHola. Que relato más tristes. Me hace ver que el ser humano tenemos miedo a los desconocido, y no refugiamos en nuestras costumbre. Este pueblo perdió la oportunidad de conocer a esa niña, y se dejaron dominar por el miedo, el peor enemigo. Estupendo relato, como siempre. Besos.
ResponderEliminarEl miedo a lo desconocido es algo que a todos nos preocupa. Hay gente que dice que no, pero qué va... Tu relato es estupendo y explica muy bien ese miedo. Como siempre un placer leerte.
ResponderEliminarUn texto increíble, he sentido como me transportaba a la historia, parece de leyendas como las que escuchamos desde pequeños. Tu forma de escribir es realmente fascinante. Es un maravilloso placer que compartas con nosotros tus historias.
ResponderEliminarSiempre me han encantado las historias y leyendas que pasan de generación en generacion y el relato de hoy bien podría ser una de ellas.
ResponderEliminarMe encanta como el miedo a lo desconocido, marca la vida de los habitantes de ese pueblecito. Gracias por compartir, un abrazo
Hola guapa, pues es verdad que la gente le teme a lo desconocido y le teme hasta el punto de que pasen cosas asi, supongo que lo suyo es intentar entender aquello que no conocemos, pero seria una opcion menos facil! besos
ResponderEliminarMe ha parecido un rel a to precioso. Se nota sue disfrutas escribiendo y que te sobra imaginación para dar vida a este relato, una técnica que a mí me parece más difícil que escribir un libro.
ResponderEliminarEs como si el tiempo no hubiera pasado por esta aldea, porque si bien es verdad que en nuestro país los ojos claros no son los más habituales, tampoco es para señarlo con el dedo y huir por temor a una maldición, bss!
ResponderEliminarOstras qué pedazo de relato! Sin duda, puede ser una historia verídica de pueblos donde enjuician muchas veces. Me ha gustado bastante. Escribes muy bien, bs
ResponderEliminarUna super leyenda, llena de misterio. Qué lindo leerte siempre Mar!
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