Que no se apague la luz
Apagar las luces de su casa no era una opción, sabía que tan pronto todo se quedase a oscuras despertarían aquellos que la odiaban, seres que sabía bien quienes eran, en algún momento de su vida los había conocido.
En todas las esquinas disponía de velas y linternas por si en algún momento se iba la luz, no podía estar a oscuras o esos seres acabarían con ella, estaba tan segura de eso que temblaba con solo pensar en la oscuridad.
En una ocasión que la luz
se fuera a causa de la tormenta pensó que ahí acabaría toda su existencia, solo
fueron unos breves segundos donde comenzó a escuchar aquellos sonidos y la casa
se inundó de aquel putrefacto olor. Lo peor de todo era que no podía escapar,
tan pronto estaba oscuro se quedaba petrificada, aquella fuerza inhumana la
sujetaba de tal forma que le era imposible dar un solo paso.
Ahora, sola en aquella
casa descubrió que todos volvían para hacerle pagar sus maldades, descubrió de
la peor forma que estaba presa de sus víctimas, aterrorizada entre aquellas
cuatro paredes rezando para que la luz no se apagase, apenas sin dormir por si
todo quedaba a oscuras, demacrada por el miedo, sin embargo no sentía lo que
había hecho, el arrepentimiento no estaba en sus genes, su corazón era un
órgano inmune al perdón, sus ojos vigilaban las esquinas sabía que tan pronto
la luz se apagase no podría moverse y quedaría a expensas de todos aquellos que
buscaban venganza.
Todo comenzará desde muy
pequeña, su madre la miraba muy fijamente pues en el fondo sabía que el alma de
aquella niña estaba poseída por el mal, a ojos de los demás era encantadora,
amante de los animales; o eso creían hasta que comenzaron a desparecer gatos y
perros de los alrededores; ahí comenzó a perfeccionar el arte del mal, la
violencia contra todo y todos, la envidia, el odio y en especial con aquella
mujer que sabía lo que había parido, luego fueron otros, hombres que la abandonaban,
mujeres atractivas y emprendedoras, amantes de todo lo contrario a lo que era
ella, un demonio dentro de un cuerpo que parecía humano. Años haciendo el mal
por donde pasaba, librándose de caer en manos de la justicia, alimentándose de
su psicopatía hasta el extremo de disfrutar como nadie, una depredadora sin
alma.
Otra noche más, acostada
en su cama con los ojos bien abiertos intentaba mantenerse alerta. La tormenta
estaba comenzando, el viento ululaba como si de un lobo se tratase, la lluvia
rompía contra las ventanas, los truenos dejaban su estela en el cielo tras el
estruendo.
La luz se apagó, la
oscuridad predominaba en toda la estancia y comenzó a sentir en sus carnes la
presión de aquellos que esperaban para hacerla sufrir tanto como ella lo había
hecho.
Nunca más volvió la luz, solo la justicia de los infiernos predominó aquella terrible noche.
¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que aunque creo en el karma, vamos, que si haces mal el mal regresará a ti, confieso que me ha resultado una escena espeluznante. Supongo que es por el hecho de que soy muy miedica, aunque lo negaré si alguien lo dice jejeje.
La vida es solo una, intentemos hacer el bien, y disfrutar de ella, para que cuando se apague la luz no sintamos miedo.
Besotes
No cabe duda de que habría que haber llamado al Padre Damián J. Karras.
ResponderEliminarSiempre hay luz en la oscuridad.
ResponderEliminarEstos días de la oscuridad son fatales, falta energía para todo.. pero hay que vivir con esto ❤ Bien escrito ❤
ResponderEliminarMuy bien escrito, estupendamente narrado. No puedes ni pestañear hasta llegar al final y te produce sensaciones. Espeluznante, sí... Estupendo también. Enhorabuena Mar!!!
ResponderEliminarHola! Como siempre, me encantan tus relatos. Soy de las personas que creen en la existencia del karma y que la vida es como una rueda, que con el tiempo todo lo que uno da le vuelve. Saludos!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarEs en la oscuridad cuando aparecen todos nuestros miedos, quizás por venganzas, por remordimientos, o por el Karma como dicen otros.
Estupendo como siempre tu relato
Saludos
¡Buenas!
ResponderEliminarMe ha recordado a la historia de Raven de DC , que aunque al principio trata de un supuesto ser maligno, resulta que se convierte en super heroína. Y creo que al final todo el mundo puede llegar a tener bondad en su corazón y no dejar que la oscuridad te inunda, e incluso cambiar un corazón que ha sido malvado en uno bondadoso. El karma al final no es la mejor opción, si no el perdón y el arrepentimiento.
Pero como historia de ficción está genial, creo que puede llegar a ser incluso un relato corto y dar muchísimos giros :D
¡Un saludo!
Hola,
ResponderEliminarDe esos relatos en los que no puedes respirar hasta leer la última palabra. Te inquieta y te retiene. Felicidades por todo lo que eres capaz de hacernos sentir con el uso de la palabra.
Saludos
Me gusta mucho leerte, en algún momento me sentí identificada con tu relato, pero paso a paso he ido aprendiendo, que la oscuridad en la causa de la tormenta sino nuestra mente de todas maneras siempre tengo velas encendidas porque a mi casa porque me relaja
ResponderEliminarMadre mía, cada vez te superas más! Me has tenido todo el relato conteniendo la respiración, consigues que en unas pocas líneas empaticemos con las víctimas de esta mujer, y que deseemos que se apague la luz! Me ha encantado que todos tus relatos tengan un lado perverso, o sobrenatural... Un besote!
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ResponderEliminarLa verdad que me cuesta creer un poco en el Karma. No sé, hay personas que eso nunca le llega a pesar de lo mal que van por la vida. Soy más de creer de consecuencias por nuestras acciones. Mi lema de vida es, no hacerle al otro lo que no me gustaría que me hicieran a mí.
Siempre queda la esperanza de que aquellos que hacen mal tarde o temprano (más bien tarde visto lo visto) reciban un poco de su propia medicina. Lo curioso es que no tenía remordimientos a pesar de ese miedo constante, bss!
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