La nueva Tan pronto la vio entrar supo enseguida que era de su misma condición, la tez tan blanca, los ojos inexpresivos, la boca apretada, aquel “hola” inseguro que dijo cuando el profesor la presentó, el caminar hacía su pupitre, la forma de mirar, todo ello le indicaba que al fin tendría una amiga con la que compartir, con la que poder hablar de sus deseos, pasiones, de todo aquello que le gustaba y que nadie más comprendería, al contrario, sería perseguido por esos que no creían, que pensaban que solo existía la vida que ellos tenían, si supieran que realmente otra forma de vida maravillosa convivía con ellos, nunca lo podrían creer. Esa tarde llegó a casa feliz, su felicidad a vista de otros no era apreciable, sin embargo, sus padres notaban al momento que algo pasaba, parecía algo bueno. Contarles que la nueva niña podía ser como ellos, les entusiasmó, llevaban tiempo en solitario, cambiando de lugar cada poco tiempo, con miedo a ser descubiertos, con temor a que la otra esp
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Qué bonito!!!
ResponderEliminarMuchas veces se juzga por la apariencia y no se molesta en conocer a la otra persona por el aspecto que tiene, aunque es raro que pase en familias. Ojalá más nietos como este o se nos va a quedar la mascarilla de por vida,bss!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, muy tierno y profundo, para reflexionar. Gracias
ResponderEliminarSomos aquello que hacemos. Lo demás secundario.
ResponderEliminarHay que respetar a todos ❤
ResponderEliminarCierto caras vemos corazones no sabemos. Las mejores personas no son las que visten traje y corbata. Por eso es bueno dejar de juzgar. Excelente reflexión.
ResponderEliminarque bonito! es verdad que a veces a nuestros mayores les disgusta si nuestro aspecto no es como ellos quieren que sea, pero lo importante es saber mirar dentro de las personas!
ResponderEliminarHola wapa! Es un relato muy bonito, escribes muy bien. Y el respeto es una cosa que nunca hay que perder hacia la otra persona.
ResponderEliminarbsss
me ha encantado este relato, y es que es algo que se está perdiendo, el respeto, la gente prejuzga y no da tiempo a conocer y además sin motivo alguno, está genial para pensar, el relato, digo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarme has dejado sin palabras, cuanta gente así de responsable hace falta ahora y de cuántos prejuicios nos tenemos que librar.
Besos!!
¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado mil tu relato, porque además de despertarme una ternura inmensa, y mostrar los dos caras de la moneda de estos tiempos (la persona responsable y la que no lo es) me ha gustado la visión de que no debemos juzgar a las personas por su aspecto.
Yo soy de las que lleva tatoos, piercings, aunque confieso que no son muy extravagantes y mi estilo es más bien finito, por llamarlo de algún modo, pero me chirría tanto ver que a las personas se las etiqueta por llevar tinta en la piel, peinados de escándalo, o vestir de un modo extravagante.
Besotes
No me puede haber gustado más tu relato. Cómo me gustaría que de verdad todos los jóvenes tuvieran la conciencia y el respeto de cuidar de los mayores. Aquí he visto morir mucha gente mayor por irresponsabilidades así que sin quererlo este relato me ha llegado más de lo que esperaba.
ResponderEliminarBesotes
Hola guapa
ResponderEliminarOjalá todo el mundo pensara así y tuviera auténtico respeto por la vida!
por otro lado, el mensaje de que no hay que fijarse en las apariencias también me parece muy importante y necesario
Un besazo