Con aroma a naranja
Llegaba la recolección de la naranja y como todos los años era una de las afortunadas, o así lo quería creer, al menos tendría sustento para unos meses a pesar del trabajo tan duro que se realizaba de sol a sol. Se subió al autobús que la llevaría al campo destinado rezando para no desfallecer y tener el suficiente aguante para acabar la jornada.
Los pasillos entre los naranjos no eran demasiado amplios, aunque si lo suficiente para que dos personas se pudiesen cruzar al mismo tiempo, se dio cuenta de que en este campo el modo de trabajo era distinto, una fila de personas empezaba por el norte y otra fila por el sur, donde se juntasen cambiarían de camino y comenzarían a recolectar hacía fuera y así hasta que acabase el día.
Comenzaron la recolecta
al toque de la sirena, el próximo toque sería para un descanso, llenaban los
cestos y otros los recogían colocando unos vacíos para su llenado.
Cuando las dos filas se
juntaron le vio a él, sudoroso, moreno, con aquella visera que le tapaba media
cara, al levantar la vista sus ojos se miraron y aunque rápidamente cambiaron
de sentido supo que algo bullía en su interior, ya no pensaba en el trabajo,
sus pensamientos estaban en llegar pronto al centro para volver a verle.
Él la saludo con una voz
tímida, pero segura, ella le devolvió el saludo y durante unos segundos sus
miradas se fundieron junto con el aroma de las naranjas.
Llevaba ya varios años
siendo jornalera y nunca había disfrutado tanto de un trabajo tan duro, con
cada naranja que llevaba a la cesta escuchaba aquel saludo y rememoraba aquella
mirada.
Se vieron por las noches,
pasearon entre los naranjales, observaron la luna y las estrellas, descubrieron
que en cualquier parte el amor surge como si nada, que el trabajo es más
llevadero cuando sabes que al final alguien te espera.
Las naranjas quedaron recolectadas y juntos abandonaron aquel campo que les dio algo más que un sustento, le ofreció una vida juntos, por el momento era todo lo que precisaban.
Me ha gustado mucho tu blog, tienes un nuevo seguidor. Saludos desde http://faunacompacta.blogspot.com/
ResponderEliminarsoy fans ski care de vitamina c
ResponderEliminarHolaa que hacerme en tu iniciativa
ResponderEliminarMuchas pasarte por mi blog https://sweetdreamsbyrocio.blogspot.com
Me encantó el final ❤
ResponderEliminarQué bonito! Qué lindo! Me llega el aroma a naranja y el aroma del amor, de esa luna, estrellas. ESPERANZA EN ILUSIÓN. Abrazos de corazón 😘
ResponderEliminarEspero que nunca tengan que conocer a un abogado o abogada matrimonialista.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarPero que bonita historia.
La verdad es que no sabemos jamás donde va a suceder... Cuando ese alguien te cruce en tu camino y se convierta en esa bonita historia de amor, que todos anhelamos.
Yo recolecté algunos años fruta, cuando era adolescente para sacarme un dinerillo en verano, y ya me hubiese gustado a mí vivir algo así y más en ese entorno, que los naranjos huelen de maravilla.
Besotes
Que tierna historia de romance:D
ResponderEliminarQue bonita historia!
ResponderEliminarMuy bello! Felicitaciones!
ResponderEliminarComo siempre, historias preciosas! Y además has conseguido que me entre antojo de naranjas (habrá un olor más rico que el de las naranjas cuando haces zumo?)
ResponderEliminar;)
Hola! Me ha encantado, es una historia preciosa. Lo cierto es que nunca sabemos donde vamos a encontrar nuestro amor. Me parece un escenario genial, que sea en campos de naranjos con ese buen aroma, con el cielo, las estrellas y el amor verdadero.
ResponderEliminarMe ha parecido una historia con sentimiento, muy bonita y con un final genial. Y siempre me han encantado los campos de naranjos, me traen buenos recuerdos. ¡Felicidades!
ResponderEliminarUn abrazo gigante!
Hola... que chevere relato. Encontró la motivación perfecta para trabajar. Me encantó esa frase al final el trabajo es más llevadero cuando sabes que alguien te espera. Enhorabuena!
ResponderEliminarEs cierto que cuando el trabajo se hace duro hay que tener en mente algo o alguien que nos de esa energía extra que hace falta para afrontar la jornada. No descarto que en algún caso haya historias similares, ya que suelen apuntarse casi siempre los mismos jornaleros año tras año,bss!
ResponderEliminarUna bonita historia con un final feliz, es bueno tener alfuien con quien poder conversar o compartir al final de la jornada, sea la pareja o los amigos.
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