Lágrimas dulces
Levantarse y salir de
casa sin saber que el día sería una fatalidad no era lo que esperaba, jamás
hubiese pensado que cada paso podría ser peor que el otro y así sucesivamente.
Los peores momentos de una persona pueden suceder todos en unas cuantas horas,
en las que llegas a pensar que ya no puede pasar nada más. Es cuando te das
cuenta de que no es así, que vienen situaciones peores, que dan ganas de volver
a casa, cerrar la puerta, meterse en la cama y dejar que el día pase esperando
que el próximo sea mejor.
Uno piensa que la mala
suerte no tiene nada más que hacer que seguirte allá donde vayas, que las
calamidades nunca viajan solas, al contrario, se ponen de acuerdo para hacer
que todo sea una telaraña que se teje a tu alrededor y te engulle de tal forma
que sientes como el pecho aprisiona el corazón, la vista se nubla y la
respiración se entrecorta.
Las ocho de la mañana,
varias entrevistas de trabajo por delante, deseaba que alguna de ellas diera
resultado, necesitaba un empleo, los niños ya iban mayores y el sueldo de su
marido les llegaba muy justo, incluso había meses que no llegaba.
Tenía concertadas varias citas en distintas empresas, su currículo era bueno a pesar de llevar tiempo fuera del ámbito laboral.
Tras poner un pie fuera
de casa, todos los astros se alinearon en contra de todo aquello que pretendía
realizar a lo largo de la jornada. Lo primero fue encontrar una rueda del coche
pinchada, no tenía tiempo de ponerse a cambiarla y llamó un taxi, que se
equivocó de dirección y llegó tarde a la primera entrevista, para la cual ya
habían cogido una persona para el puesto.
Miró los horarios de los
autobuses quería estar antes de la hora en la segunda cita, uno de los tacones
de su zapato se incrustó en una grieta del suelo y quedó partido, apurando el
paso se compró unos zapatos y de nuevo llamar otro taxi para llegar a tiempo.
La entrevista no fue como
esperaba, aquel hombre buscaba una esclava que trabajase doce horas cobrando
una miseria, fue superior a sus fuerzas decirle cuatro verdades sobre el plan
de trabajo que le proponía, salió aliviada poniendo todas sus esperanzas en la
última cita.
Se sentó en el parque a
tomar un café y un niño corriendo chocó contra ella desparramando todo el
líquido por su blusa y falda. Como pudo intentó lavarla con agua de la fuente y
pudo evitar que se notase, la blusa la tapó con la chaqueta y ya no le quedaron
ganas de volver a pedir otra bebida.
En la tercera entrevista
se dio cuenta de que todo era un paripé, ya tenían personal que podría ser
tranquilamente el familiar de alguien con algún poder allí dentro.
Cogió un autobús y de lo
cansada que estaba se quedó dormida, despertó cuando ya hacía media hora que
había pasado su parada, se bajó en la siguiente y caminó pensando que más le
podría pasar. Ya era de noche cuando estaba llegando a casa, a lo lejos vio
llegar el coche de su marido, seguro que llegaría cansado, pues trabajaba
muchas horas.
El ser humano que es capaz de darse cuenta de las bondades dentro de su vida aún en situaciones adversas, es millonario. Valorar lo bueno y que las lágrimas sean así: dulces.
ResponderEliminarGracias una vez más, Mar 🌹
Um belissimo texto, amei, e a foto também!
ResponderEliminarBjos
La moraleja es lo mejor de este relato... LO MEJOR
ResponderEliminarBello relato mientras tenia uno a la familia y los seres que quiere. Tiene todo lo que necesita. Te mando un beso
ResponderEliminarEs cierto que en pocas horas pueden pasar muchas cosas en nuestra vida.
ResponderEliminardeseándoles un buen fin de semana!
Besos.
Triste relato. Nunca llueve eternamente.
ResponderEliminarMuy bueno!!!!!!!!!!!!!! Uno mismo se crea las situaciones y en general es por andar distraido encerrado en uno mismo. Sale y disfruta. Pon atención en donde caminas, como caminas, el aire que penetra por tu garganta. Cómprate un dulce, quizás un helado y sonríe ya verás Esto es para los que no tienen familia alguna
ResponderEliminarLa moraleja es lo mejor de este relato... LO MEJOR
ResponderEliminarEs lo único que importa, conservar nuestros seres amados a pesar de todo obstáculo.
ResponderEliminarUn saludo!
Cuando ya creemos que no nos puede ir peor, todo se alinea para que así sea. Y sí, nos va peor.
ResponderEliminarSuerte,
J.
Precioso texto, como todos los que escribes. Al final, la familia es nuestro hogar y algo tan simple como un abrazo reconforta.
ResponderEliminarPufff, esto es más real de lo que crees, sobre todo, en lo de las entrevistas de trabajo. La familia siempre es el apoyo incondicional. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que cuando se está en esa situación y no se ve la luz al final del túnel, puede resultar algo desesperante. Y más, si nos ponemos en un contexto por ejemplo como el actual.
Así que poder contar con un apoyo, con ese alguien que haga que hasta en los días más negros podemos ver algo de color, es una auténtica fortuna.
Besotes
es duro los dias dificiles cuando todo se tensa y no sale como esperamos, al menos el relato tuvo un feliz encuentro, porque su marido la ayudo a que mejorase el dia
ResponderEliminarBonito relato, me ha encantado leerlo, en la vida hay días mejores y peores pero como al final del relato, lo importante es tener apoyo de alguien al que aprecias. Muy realista, esta genial, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarUn relato triste pero con un final precioso y una historia bastante conocida para algunas de las que estamos por aquí, por desgracia.
Siempre es un alivio contar con alguien que te apoye y te abrace al final de un día tan espantoso como el que describes.
Besos!
Cuando un día empieza torcido, es muy fácil que todo se complique y acabemos saturadas tal como refleja este relato. Si bien a priori puede parecer un poco fatalista por el cúmulo de despropósitos que le van sucediendo a la protagonista, ¿quién no ha tenido un día espantoso en alguna ocasión? Aunque si al final del día tienes un hogar en el que refugiarte y alguien en quien apoyarte, no habrá sido un día perdido.
ResponderEliminar¡Hola! Hay días que sencillamente dan ganas de no levantarse de la cama, los astros se alinean para que todo salga mal. Pero todo se supera en compañía de nuestros seres queridos como en este precioso relato. Me ha encantado, refleja muy bien cómo puede ser la búsqueda de trabajo y lo difícil que se pone todo en ciertos momentos, aunque nunca hay que perder la esperanza. Un abrazo
ResponderEliminarPero... y???!!! Necesito saber más!!! Ah, no, cómo me voy a quedar así? #HaceBerrinche
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarEl final es realmente bonito. A pesar de todo lo que se pueda complicar un día la familia siempre te consuela al llegar a casa. Un día sólo son 24h seguro que vendrá algo mejor.
Besotes
Desgarrador y hermoso, consigues un equilibrio que no todos los textos pueden hacerlo. Reflejas muy bien la desesperación de una mujer que necesita un trabajo para ayudar a su familia y ese es un tema que, por desgracia, ocurre mucho hoy en día y es terriblemente triste. Pero hay una luz de esperanza cuando llega a casa y su familia la envuelve con calidez.
ResponderEliminarUn gran relato.