La palabra de Dios
Una pequeña iglesia perdida en un lugar remoto, un pueblo dejado de la mano de Dios, de esos lugares que sus habitantes abandonaban en busca de una nueva vida. La calle que en algún momento fuera la principal dejaba paso a la naturaleza que deseaba germinar en donde el hombre ya no pisaba. Un perro famélico acostado a la sombra de un viejo olmo levantó la cabeza incrédulo de ver a otro ser vivo por aquella zona.
Sacó un trozo de pan de
su bolsillo y se lo acercó al animal que primero lo olisqueó y sin fuerzas para
levantarse comenzó a mordisquear aquel que creyó era un manjar.
La capilla era el único
edificio que se mantenía en pie, por algún motivo no había sido saqueada por
los que cruzaban aquella zona. La puerta estaba entreabierta, del interior
salía una luz de colores que luego descubrió que era el sol dando de lleno en
la vidriera ilustrada con la Santa Cena. Mientras cruzaba la entrada pensó que había
llegado al fin de su camino, un pálpito le decía que en ese pequeño templo
estaba la respuesta que llevaba meses buscando.
Puso una rodilla en el
suelo y se santiguó, no quiso acercarse demasiado al altar, escogió un banco
del medio, e hizo la pregunta que llevaba meses atormentándolo.
—¿Por qué?
Nunca pudo medir el
tiempo que permaneció sentado intentando escuchar la palabra de Dios, poniendo
toda su fe en oír la respuesta a una simple pregunta. Estaba seguro de que no
era difícil responderla, siempre había sido un buen cristiano, un hombre de fe,
una persona cumplidora con la religión, con los mandamientos, con el prójimo.
Jamás puso en duda sus creencias, sin embargo, a lo largo de los últimos meses
necesitaba una respuesta, unas palabras del todopoderoso para poder entender.
Levantó la cabeza hacía
el Cristo redentor crucificado por los hombres que un día se asustaron de su
poder, de su palabra, de su carisma, llevado a la muerte por aquellos temerosos
de perder su protagonismo.
Jesús le miraba con el
rostro tranquilo a pesar de todo aquel dolor que recorría cada fibra de su
cuerpo. Una paloma levantó el vuelo para posarse en una de las manos del hijo
de Dios.
No podía apartar la vista
de aquellos ojos, de los que podía asegurar que estaban vivos, llenos de
esperanza, de ilusión por dar respuesta a la pregunta que durante meses clamaba
al cielo. Ya nadie le podría quitar aquel momento en donde un hombre pedía y
otro daba, uno suplicaba y el otro reconfortaba.
Se levantó para acercarse
y bajo la cruz escuchó la respuesta tan clara como el agua de un río bajando
por su cauce. Aquel dolor desapareció y su mente liberó toda aquella tensión
acumulada por la tristeza de meses terribles. Igualmente sentía pena, si bien
ahora con la convicción que algún día volvería a reunirse con su familia,
aquella que meses atrás había perdido en un fatal accidente.
Me gustó. Un buen relato. Y la escena me recordó a un blog que sigo dedicado a fotografiar y hablar de los pueblos abandonados de la ruralidad española.
ResponderEliminarY volviendo al cuento. El final, a pesar de ser sencillo no me era predecible ¡Punto a favor! y el detalle del perro quedó genial.
En nombre de dios se ha derramado demasiada sangre ya. Basta.
ResponderEliminar¿En nombre de cuál de todos?
EliminarUma bela história que gostei de ler, obrigada pela partilha!
ResponderEliminarE uma linda foto!
Bom final de semana!
Beijos
Qué lindo relato. Llena de esperanza, y eso se agradece. Todo aquello que nos genera esperanza es un hilo que nos conduce a una paz que tanto necesitamos todos los seres humanos. Gracias Mar, siempre gracias.
ResponderEliminarHermoso y esperanzador. Saludos desde Veneuela
ResponderEliminarQue linda historia , dar amor es la mejor religión. Siempre es bueno tener fe. Te mando un besi
ResponderEliminarmuy buen relato saludos
ResponderEliminarTer fé, sempre!
ResponderEliminarDesejos de boa semana.
Beijos
Que lindo relato 💜💜💜
ResponderEliminarUn besote enorme desde Plegarias en la Noche
Awesome post
ResponderEliminarEl texto es muy bueno, la verdad que sí. Me encantó la forma en que transmites las emociones de lo que el personaje está experimentando.
ResponderEliminar¡Saludo!
Interesante historia, no es el final que estaba buscando, pero no es mi historia. Es bueno encontrar y confrontar visiones.
ResponderEliminarNos leemos,
J.