Memoria compartida
Mirando hacia las paredes blancas recordaba un pasado que quería recuperar, intentaba explicar cuál era su situación y lo único que había conseguido era perderse todavía más en una memoria, que ya no era la suya.
—¿Y usted, como se llama?
—preguntó el hombre con barba de varios días, sentado a su derecha.
—Pues, antes me llamaba
Jacobo, ahora por lo visto me llamo Pedro —despegó la espalda del sillón para
mirar directamente al que preguntaba—. ¿Y usted, como se llama?
—Me llaman Pepino, porque
me gustan mucho los pepinos.
A lo largo de cinco
minutos el silencio reinó en la sala, Pedro o Jacobo, miraba a Pepino fijándose
en las manos que movía de un lado a otro. Se acercó un poco más al hombre con nombre de hortaliza, no quería
que las otras personas de la sala escuchasen lo que le tenía que contar.
—¿Sabe una cosa, Pepino?
—sin
esperar una respuesta, continuó con su charla—. He vuelto del más allá,
descubrí que se puede volver con otra identidad.
—¿Quiere decir, que
estuvo muerto y resucitó? —Pepino, abrió los ojos mostrando
interés, aquel tema le gustaba, dejó de mover las manos para prestar toda la
atención posible.
—Sí, así es, hace dos
años un infarto acabó con mi vida, era un gran escritor, con más de cien obras
publicadas, varios premios, conocido en el mundo entero. Mis libros se
tradujeron a varios idiomas y, de repente me encuentro en un lugar oscuro,
tenebroso, el silencio era insoportable —dedicó unos segundos a mirar al techo,
mientras Pepino se acercaba cada vez más hasta tocarle el hombro, animándolo a
seguir con su historia—. No puedo decir el tiempo que permanecí inmóvil en
aquel lugar, pero al cabo del tiempo la oscuridad iba desapareciendo y una
brillante luz se posó sobre mi cabeza, iluminando todo mi cuerpo. Una voz me
informó que volvería a la tierra de los vivos con otro nombre, otra
personalidad, otro cuerpo.
Pepino abrió los ojos,
quería decir algo y las palabras no salían, estaba asombrado, con la boca seca
solo pudo murmurar. —¿Entonces, si se
puede volver?
—Lo peor de todo, es que
se olvidaron de borrarme la memoria, tengo recuerdos de mi vida anterior,
cuando era Jacobo, recuerdo a mi familia, a mis amigos, puedo recordar los
títulos de mis libros, contar la historia de cada uno de ellos. ¿Y de qué me
sirve?, de nada. Tan pronto me presenté en mi casa, me tomaron por loco,
incluso me miraban con miedo.
Pepino dejó de prestar
interés y, continuó dirigiendo la orquesta imaginaria que estaba en su cabeza.
No obstante, sigo pensando que hay más chiflados fuera del loquero que dentro.
ResponderEliminarExcelente!!!!
ResponderEliminarMe gusta tu blog.
Besazo.
¡Hola!
ResponderEliminarPobrecillos hombres, al menos comparten juntos sus tertulias en ese mundo desolado y frío. Bien planteado el relato!
Un saludo.
I cada uno con su tema ! :) Al final casi me creí la história de Pedro/Jacobo ....
ResponderEliminarSaludos !!.
Pobre hombre, recordar y no poder hacer nada.
ResponderEliminarHola, muy bueno tu relato, debe ser horrible recordar tu pasado y vivir ese tipo de circunstancias, terminar encerrado en un lugar así, disfruté la lectura, saludos. Patricia F.
ResponderEliminarUma bela história e linda foto.
ResponderEliminarTenha uma boa semana, beijos.
Estuvo chido el detalle del nombre de "Pepino".
ResponderEliminarBuena historia , te mando un beso
ResponderEliminarMuy buen relato, dos vidas conjuntándose en un lugar nada envidiable, dos humanos compartiendo un pedacito de su desolación. Estoy de acuerdo con Cabrónidas, hay más afuera que adentro.
ResponderEliminarTe mando un abrazo con mucho cariño.
Los locos más peligrosos no son los que están encerrados...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Una buena história !
ResponderEliminarBeso y muy buen dia.
Muy interesante Textos como este son difíciles de escribir Te felicito Yo no me animo abrazos
ResponderEliminarNo sé, no creo que nada quede claro, la frontera es endeble. Y si siguieras indagando... Y si siguiéramos.
ResponderEliminarPobre hombre 😥
ResponderEliminarGracias por el texto, besos y tienes una nueva seguidora
Um bonito relato.
ResponderEliminarA vida sempre nos surpreende.
Gosto de te ler.
Un beso!
¡Hola!
ResponderEliminarNo sé si estaré loca yo también, aunque creo que los locos de verdad son lo que supuestamente presumen de estar cuerdos, pero sí creo en las otras vidas, vamos en la reencarnación, aunque eso de recordar una vida pasada.. pues me daría un poco de cosa, aunque podría ser bonito.
Un texto para la reflexión..
Besotes
Me ha gustado tu relato, me resulta demasiado interesante la forma en la que recuerda su pasado.
ResponderEliminarImpresionada como siempre cada vez que leo tus relatos, pero no sé por qué me ha enganchado un poquito más que en otras ocasiones (quizás por ser un tema bastante latente últimamente, me encantaría que nos compartieras más y por supuetso, ¡Enhorabuena! :)
ResponderEliminarTras el final del relato ahora te quedas con la duda de si fue fruto de su imaginación o realmente en su época cuerda fue un escritor de éxito. En ese caso, bien le darían sus nuevas vivencias para escribir otras,bss!
ResponderEliminarPuede que no estuvieran enloqueciendo... ¿Quién no ha pensado alguna vez en que pueda ser posible la reencarnación?
ResponderEliminarMe gusta como reflejas pensamientos reales en tus historias, plasmando en personajes creados.
Puede que no estuvieran enloqueciendo... ¿Quién no ha pensado alguna vez en que pueda ser posible la reencarnación?
ResponderEliminarMe gusta como reflejas pensamientos reales en tus historias, plasmando en personajes creados.