La verbena
En los pueblos, el día del patrón se celebra la verbena que todos esperaban, de aldeas colindantes se acercaban para escuchar la orquesta, bailar, reír y conversar con vecinos, amigos y, en especial conocer gente nueva que solían acudir desde cualquier punto.
El palco estaba montado, los instrumentos musicales dispuestos para que los músicos ocupasen su lugar. Era toda una expectación tenerlos allí delante, tan cerca y sobre todo escuchar canciones tan conocidas.
Los más pequeños delante,
les seguían los jóvenes y del centro hacia atrás los mayores. Las jóvenes
esperaban que algún chico las sacase a bailar, mientras tanto bailaban en grupo
riendo y entonando la canción que sonaba.
En una de las vueltas le
vio apoyado contra el palco, alto, guapo, bien vestido, tenía un aire extraño,
nunca le había visto en ninguna otra fiesta, de eso estaba segura, pues era el
tipo de hombre que no se olvidaba.
La miraba con una leve
sonrisa en su perfecta boca, ella se sonrojaba y desviaba la mirada intentando
evitar que notase como enrojecían sus mejillas. Le resultaba difícil seguir el
ritmo de sus amigas, necesitaba estar pendiente de sus movimientos y tampoco quería
decir nada, notaba una conexión entre los dos a través de aquella profunda
mirada.
Rezaba para que llegasen
las lentas, donde los mozos se apuraban por elegir a la chica que más les
gustaba, rogaba que se acercase y la invitase a bailar. Solo pensar en el hecho
de tocarlo, una extraña sensación se apoderaba de su estómago y le subía hasta
el corazón, que latía desbocado.
El cantante se dirigió a
todos los presentes anunciando a una compañera que les deleitaría con baladas
y, pedía a todos que se agarrasen bien a sus parejas, que no las soltasen hasta
finalizar esa tanda de música lenta.
Observó como él dejaba su
lugar y comenzaba a moverse por entre los niños. Su corazón iba a explotar, era
el hombre más guapo que jamás había observado, todo en él resultaba
interesante, aquel con el que toda jovencita soñaba en algún momento.
Mientras avanzaba por
entre la gente para llegar hasta el grupo de chicas, no dejaba de seguirla con
la mirada. Estaba a punto de llegar a su altura y necesitaba calmarse, sentirse
segura para que no apreciase su euforia, mientras sentía sus ojos cada
vez más cerca de los suyos.
Tan pronto estuvo a dos
pasos del grupo se percató que no era la elegida, observó como alargaba la mano
para tocar el hombro de su amiga.
En ese momento se dio
cuenta, de que uno de sus ojos estaba desviado hacia la derecha.
Los bizcos saben cómo despistar, eh. Creo que si no lo hace tú, Mar, ya seré yo quien le concierte una visita al oftalmólogo. O que se ponga un parche .))
ResponderEliminarajjajajajajajajajaja jamás me imagine ese final!!!
ResponderEliminarFelicitaciones por este relato!!! Besosssss...( creo que nos pasó como a la chica)
Nada puede ser tan perfecto. Has la belleza, peca. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQué sorpresa el final! Ay, ese ojo!!! Me ha gustado mucho como has narrado todo el momento hasta llegar a donde estaba ella, esos nervios, esa emoción...
ResponderEliminarFelicidades! Saludos.
Quizàs sólo estaba despistando....su ojo derecho , la seguia mirando !. No todo está perdido, quién sabe !.
ResponderEliminarAbrazos ;)
Pobre chica! Jajaja estupendo estupendo. Hasta mi estómago estaba al compás.
ResponderEliminarÓ Deus, é muito boa festa de padroeiro, nas cidades de interior.
ResponderEliminarQue belo conto, adoro suas histórias, pobre moça, que nada ele quem perdeu. :) :)
Tenha uma boa noite, Abraço.
Uy pobrecita, no la eligió. Me gusto el final me hiciste reír. Te mando un beso
ResponderEliminarfull of emotion story... great narrative...
ResponderEliminarlove to read it...
Thank you for sharing
Intriga hasta el final. A veces también pasa con los que no son bizcos, jajaja.
ResponderEliminar¡Qué mala suerte! ¿Quién no ha sufrido una decepción así? Creo que todos nos sentimos identificados de una u otra manera. Muy buen relato, el final como siempre, es la cereza del pastel y muy a tu estilo, descoloca completamente. Saludos.
ResponderEliminarAh! Precioso relato!
ResponderEliminarO final é surpreendente. Te felicito!
Un buen domingo para ti.
Un abrazo!
¿Estaba bizco? La historia es muy interesante de leer. Si él no era el hombre adecuado para ella, ¡uno lo será! :)
ResponderEliminarMuy bueno, y bien pensado.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Muy buen relato , mis felicitaciones.
ResponderEliminarUn saludo!
Jose
¡Gensanta qué palo!, pero bueno, el giro final ha estado estupendo.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola!
ResponderEliminarJajajajaja me has matado con el final. En serio. Me había puesto hasta triste por la pobre chica, pero es que ha sido todo un puntazo.
Yo soy de pueblo, como tantas veces te he comentado, y eso de las verbenas es ya una tradición, aunque ahora con el covid.... Eso sí, de pasarme un suceso como al de la chica, creo que sería una de las mejores historias que explicar.
Como siempre, un placer leerte.
Besotes
Un evento social sin igual. Este tipo de fiestas locales siempre están acompañadas de buen bebida, comida y, sobre todo, buena música. Son muchos los artísticas que apoyan estos momentos lúdicos hasta, con sus propias canciones.
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