Marcial y el regalo de Navidad
Llevaba varios días con
la mente ocupada con un pensamiento que no le dejaba dormir, con tan solo
pensar en ello, se agudizaba su nerviosismo que le sacaba una risa estúpida.
—¿Se puede saber de qué
te estás riendo? —había notado que, desde hacía unos días, la miraba raro y
sonriente, además estaba nerviosos, lo conocía muy bien y sabía que algo
tramaba.
—De nada mujer, no me rio
de nada. Me he acordado de una cosa.
—¿Y puedo saber esa
cosa?, a lo mejor también me tiene gracia.
—Bueno, no sé si te
tendrá gracia. Posiblemente, te la cuente, pero no ahora.
—¿Y por qué no ahora?,
¡venga! ¿Qué te hace tanta gracia?
—Te la cuento cuando te
sientes, mientras tengas algo en las manos, es mejor que me esté callado.
Se acercó hasta el sofá y
se sentó a lado de Marcial, este la miraba de reojo, no estaba muy seguro de
decirle lo que se le había ocurrido.
—Venga, aquí me tienes,
las manos libres, ¿ves? ¿Qué estás pensando, Marcial?
Escuchar llamarlo
Marcial, no le daba buena espina, siempre utilizaba algún mote cariñoso,
excepto cuando estaba enfadada.
—Vamos a dejarlo para
otro día, ahora ya no tiene gracia.
—Eso lo valoro yo, cuando
me lo cuentes.
—Llevas una semana
preguntándome que quiero de regalo de Navidad. ¿O no?
—Pues sí, es que llega un
momento cariño, que ya no sé qué comprar, si me das una idea pues ya puedo ir a
tiro fijo. ¿Has decidido lo que quieres?
—Sí, ya lo tengo claro
—la miró buscando algo que le diese a entender que no estaba del todo contenta,
sin embargo, ya le había llamado cariño. —Pues, me haría muy feliz hacer un
trío. Me gustaría ese regalo.
—¡Ah! Estupendo, ¿A sique
pensaste en eso? ¿Un trío? ¿Eso es lo que quieres que te regale?
—Bueno, es una fantasía
que tengo, y no me gustaría morirme sin cumplirla.
—¡Cariño!, tendrás tu
regalo.
Marcial la miró
desconcertado, no podía creer que accediese a su petición. Faltaban dos días
para Navidad, y ya pensaba que serían las mejores de su vida.
El regalo estaba listo,
su mujer le gritó desde la puerta de la habitación, —¡Marcial, cariño, aquí
tienes tu regalo! Entró un moreno de casi dos metros de estatura, con unos
pectorales en los que se podía rayar cualquier tipo de piedra y unos brazos que
podían cubrir todo el pecho de Marcial.
¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarBuen regalo este cuento, en que nos dejas pensando qué es lo que sucedió allí. ☺️
Un abrazo especial est día 🎄🎀
Puede qur se haya dado un yerro de interpretacíon semántica. Un abrazo u felices fiestas
ResponderEliminarDe seguro pensaba en un trío de mariachis.
ResponderEliminarSaludos,
J.
El muy picaruelo pensaba en tener a dos mujeres en su alcoba. Ay, Marcial...
ResponderEliminarUy por pícaro le paso, pero espero que se hayan divertido igual. Buen relato, te mando un beso
ResponderEliminarjajajaja, está muy bueno, me dio mucha gracia realmente y por otro lado hay que hablar muy claro, sino... Muchas felicidades, un abrazo. Patricia F.
ResponderEliminarEn estas fechas de regalos, bueno leerte y sentirte tu manera de narrar y explicar situaciones y momentos. Siempre manteniéndonos espectantes.
ResponderEliminarFelices fiestas!! Y Feliz Año Nuevo 2022!!
Está claro que esto fue un regalo que no se esperaba. Aquí faltó incluir la letra pequeña en la petición...Seguro que en la carta del año siguiente la mujer le copiaba la petición jajaja,bss!
ResponderEliminarGracias, muchísimas gracias por la visita y por vuestros comentarios 🙋
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