La farsa de la guerra
—¡Arreando, que es
gerundio! —Le gritaba Venancio a su percherón.
Tras cinco días
cabalgando por la meseta, el potro estaba cansado, arrastraba las patas
levantando todo lo que encontraba a su paso, la cabeza casi tocaba el suelo y
de un momento a otro acabaría exhausto o muerto.
Venancio, igual de
cansado, mantenía el tipo sobre los lomos del cuadrúpedo intentando no
desfallecer.
—¡Está bien, pararemos un
rato!, pero no podemos perder el tiempo, una guerra no se gana descansando.
El caballo se echó cuerpo
a tierra, apoyando la cabeza en la hierba que a esas horas de la mañana estaba
fresca por el rocío de la noche. Venancio se acercó para darle de beber, a los
pocos minutos le dejó pastar, mientras desenfundaba su arma y le daba un
repaso, no quería que se encasquillase en caso de encontrar al enemigo.
—¡Vamos caballo!, todavía
queda mucho camino por recorrer, al final seremos los últimos en llegar al lío.
Y necesito entrar en combate, matar al enemigo, desfogar esta rabia que llevo
dentro.
A lo lejos se escuchaba
el trueno de los cañones, el silbido de las balas, los gritos de los vencidos y
de los vencedores.
—¡Allá vamos!,
¿escuchas?, ¡estamos cerca!
Al llegar a lo alto de la
colina, ya todo se había quedado en silencio, ni tan siquiera los pájaros se
atrevían a romper aquel siniestro paraje. Un mar de cuerpos esparcidos,
mezclados, amontonados de ambos bandos cubrían el campo que unas horas antes
había lucido de color verde.
—¡Dios Santo! ¿A dónde hemos venido, potranco?
Los cañones ocupaban todo
el valle, ahora inmóviles, le daban al paisaje un aspecto de destrucción en la
que nadie había sido el vencedor, pero si todos habían sido los vencidos.
Miró a su caballo, sacó el rifle, descargó al aire todas las balas que llevaba y desanduvo el camino.
Me ha gustado, en especial el arraque de "arreando, que es gerundio". Como inicio, atrapa de inmediato.
ResponderEliminarUn relato que atrapa desde el inicio y que te hace "ver" a Venancio. Poderoso mensaje el que transmites. Saludos.
ResponderEliminarUm bom capítulo que descreve o mundo atual.
ResponderEliminarA guerra em si é muito triste, mas é real.
A você e família votos de uma feliz semana Santa.
Beijinhos
En el momento que desenfundó creía que iba a matar al caballo... menos mal que no fué así
ResponderEliminarCuánta verdad en ese título. Una farsa, pero una farsa en la que siempre pierden los mismos. Estupendo relato y reflexión, Mar! Enhorabuena! Feliz semana!
ResponderEliminar¡Qué fuerte! Optó por desandar el camino y todos los tiros al aire. Sí que es una farsa, todo es una farsa. Increíble pensar que tanta farsa desate nuestros instintos de venganza, el dolor. Estupendo Mar, felicidades y muchos abrazos ☺️🤗🤗
ResponderEliminari thought that this horse would be killed...
ResponderEliminarCuánta verdad en ese título!
ResponderEliminarBello y reflexivo relato. La guerra es un mal para todos de los cuales muy pocos ganan. Te mando un beso.
ResponderEliminarwonderful reflection with great history as background ....
ResponderEliminarThank you for sharing
Hola, desde Barcelona a A Coruña!! Benditos los ojos. Las guerras, cómo siempre son la lacra que hacen que se pregunte uno si vale pena sufrir tanto, en tanto que exhaustos de acá para allá, siempre un deseo inútil que viven los que la crean y padecen los menos afortunados. Cómo siempre 😉buen trabajo, tú puedes, sigue así.. abrazos mil.
ResponderEliminarEsa farsa es nuesta carta de presentación desde que el mundo es mundo. He recordado una frase que leí en un muro del extrarradio: "Imagina que hay una guerra y no vamos nadie". Toda una quimera.
ResponderEliminarSabia reflexión para estos días. Nuestras felicitaciones.
ResponderEliminarUn saludo,
ResponderEliminarDisfruté mucho leyéndolo, es un cuento muy rico. El tema de la demora combinado con la perspicacia da mucho que reflexionar. Un abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarRelato de atmósfera de lo más envolvente, me ha encantado! Mira que provoca en el lector una pequeña conmoción.
Saluditos
Un relato que nos atrapa desde el principio, podemos imaginar a Venancio y estar dentro de esa guerra, me gusta mucho el mensaje que trasmite, cómo siempre relatos que nos hacen vibrar y sentir. Un beso!
ResponderEliminarTerrible. La guerra es lo peor, y la cosa más estúpida que existe. ¡Qué bien hizo Venancio!
ResponderEliminarPor desgracia tu relato está de actualidad pero lejos de terner la actitud de Venancio, al final lo que quedan son los pueblos destrozados y enemistades que se alargan de generación en generación,bss!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarEs sin duda la farsa más grande jamás ideada.
Lo único que se consigue con ella es muerte, tristeza, desolación, y un sinfín de adjetivos negativos.
AL final, como siempre se ha dicho, en una guerra jamás nadie gana.
Besotes