El escritor
Los últimos rayos de sol se escondían tras el horizonte, mientras la luna todavía tímida, intentaba ser visible.
—¡Bienvenido!, ¿pareces algo
sorprendido?
—Sí, lo estoy, y mucho. No me
imaginaba que esto fuese a ser así.
—Así es, y, así será, tengo
que decirte que estás en la mejor calle, los de la parte de arriba son bastante
sosos, y los de la parte de abajo demasiado alborotadores. En esta somos más de
charlas, de conocernos, de intentar que los nuevos vecinos se adapten.
—Tengo suerte, o eso parece.
Por mi edad me da que voy a estar contento en esta zona.
Ya no quedaban rayos de sol,
una franja roja como el fuego comenzaba a disiparse mientras entraba la noche.
La luna brillaba con fuerza como queriendo dar luz al nuevo vecino. Los
habitantes de las tres calles comenzaban a salir, se escuchaban murmullos,
risas, algún que otro llanto, en especial la de esos que todavía no se habían
adaptado al nuevo vecindario.
El nuevo inquilino notaba una
sensación agradable, nunca se hubiese esperado un recibimiento de esas
magnitudes, siempre creyó que estaría solo. Sin embargo, allí estaba siendo
recibido y sobre todo acogido.
—¿Llevas mucho tiempo aquí?
—Sí, bastante, fui uno de los
primeros en mudarme tras la inauguración. ¿Y tú, a que te dedicas?
—Bueno, antes de jubilarme
trabajaba en la banca, luego me dediqué a uno de mis hobbies, que era escribir.
—¡Estupendo! ¿Y has publicado
algo?
—Sí, un libro “Una corta vida”
—¿Tú eres el autor?, lo leí,
hará un año y medio, es buenísimo.
—Muchas gracias, no sabes la
alegría que me da escuchar que te gustó. Espero que le guste a mucha más gente.
—Estoy convencido, que así
será. Dales tiempo, son demasiados los libros disponibles en el mercado. Pero
ahora tenemos la oportunidad de hacer todo lo posible para que se lean.
—¿Tú crees?
—Por supuesto, uno no se hace
famoso ni rico en vida, pero ahora, que ya estás muerto, haremos que seas
conocido en todo el mundo.
La verdad es que suele pasar, que uno es reconocido cuando ya está muerto, pasa mas a menudo de lo que debería ser justo. Muy bueno Mar, un abrazo fuerte. Maica
ResponderEliminarFinal super inesperado, pero en qué lugar tan agradable se encontró. La verdad que nunca lo hubiese imaginado. Pero como yo creo en ese otro lugar, me ha encantado. Gracias Mar, abrazo!
ResponderEliminarMuito bom gostei de ler!
ResponderEliminarTenha uma boa tarde
BEijinhos
El reconocimiento cuando de nada vale. Bueno, si el escritor tenía familiares, al igual sí vale.
ResponderEliminarSiempre es agradable para un escritor ser leído. Te mando un beso.
ResponderEliminarbecause it is take times for people to understand "good work," then, people aware after the author dead....
ResponderEliminarExcellent reflection
Es muy común ... Es agradable que te reconozcan el esfuerzo y trabajo , pero en muchos casos es después de fallecer... Buena reflexión
ResponderEliminarNo esperaba ese final, como siempre lograste sorprenderme, muy bueno.
ResponderEliminarLa verdad a todos los que escribimos, nos gusta ser leídos, pero no siempre se consigue el éxito, un abrazo, feliz fin de semana. PATRICIA F.
En la vida póstuma siempre son los familiares quienes disfrutan de la fama...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Precisamente he empezado a leer una novela de un autor que se suicidó porque no conseguía que le publicaran la novela que había escrito y fue su madre, la que consiguió publicarla varias décadas después. Al final acabó ganando el Pulitzer. Cosas del escritor ya fallecido, como el de este relato.
ResponderEliminarUn beso.
Fantástico relato, Mar! No me esperaba el final. Sorpresa! La verdad que mejor darse a conocer en vida, no? jajaja.
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