2019
Habían sonado las doce campanadas, tomó las uvas junto a su madre, se dieron un beso y la acostó.
Esa noche había decidido
que sería exclusivamente para ella, llevaba tres años, junto a una persona
egoísta, que, a pesar de ser su madre, la había recluido en aquellas cuatro paredes,
sin más vida. Tres años, en los que todos los días se moría, todos los días le
pasaba algo, todos los días la chantajeaba emocionalmente.
Se fue a su cuarto, se
duchó con jabones aromáticos, se perfumó desde la punta de los pies hasta el
cuello, se maquilló, se peinó. Miró el vestido de fiesta comprado el día
anterior, los zapatos de tacón de aguja, muy altos, sabía que le dolerían los
pies, sin embargo, no le importaba, era su noche.
Desde la habitación
escuchó a su madre.
—Hija, ven aquí, no me
encuentro bien.
—¿Qué quieres mamá?
La madre se incorporó en
la cama, para mirarla de arriba abajo.
—¿A dónde vas? No puedes
irte, no me encuentro bien.
—Lo sé, mamá, llevas tres
años, diciendo lo mismo. Hoy voy a salir, voy a divertirme, durante tres años,
no he visto a nadie, he perdido a mis amigos, no tengo vida. Si algo va a
pasar, me arrepentiré, seguro que sí, pero hoy, voy a salir. Necesito estar con
otras personas, necesito hablar de algo que no sea enfermedad, necesito
divertirme.
—¿Y vas así vestida?,
pareces una puta.
—No soy una puta, mamá,
pero hoy si lo voy a ser, hoy me entregaré a un hombre que me guste, que yo le
guste, voy a sentirme mujer, sentir que puedo ofrecer algo, que puedo dar y
puedo recibir.
—Pues, moriré aquí sola,
mientras tú andas por ahí de pendón.
—Mamá, llevas tres años,
diciéndome lo mismo, y yo, me arrepiento y no salgo. Lo siento, si tienes que
morirte hoy, pues lo sentiré mucho, mamá, si te hago caso, estaré aquí, a tu
lado, sin vida, sin amor. Porque tú tampoco me das amor, mamá, soy tu esclava
moral y físicamente.
—¡Hasta mañana, mamá,
feliz año!, no te mueras hoy, y podré contarte como fue la noche.
Un placer leerte. Un beso y feliz año 🎁🎉💝
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra mucho saber que te gusta. Un beso.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Además refleja perfectamente el egoísmo de algunas madres con respecto a las hijas y el chantaje emocional que les causan,
ResponderEliminarAl final hay que soltar las cadenas y vivir porque no se puede estar todo el tiempo al lado de alguien que te corta las alas.
ResponderEliminarSi está amargada acaba amargando a los demás y eso es muy tóxico aunque no se cuenta por qué la madre es así.
Quizá en otra historia enlazada.
La libertad se siente ta bien que vale la pena hacer sacrificios, en relaciones así por mucho que sea tu madre tarde o temprano se rompe la atadura de la culpa. Me gustaría leer más de esta historia.
ResponderEliminarHola wapa! Es la primera vez que te visito y me ha gustado mucho lo bien que escribes! Es muy bonito! Sigue así preciosa!
ResponderEliminarBssss
Hola guapa, pues conocia a una persona asi y es complicada la actitud que toma la protagonista de tu historia, es dificil dejar a alguien que te esta manipulando de esta manera, pero a veces uno debe armarse de valor y salir, y si, si pasa algo se lamenta, pero asi es la vida! besos
ResponderEliminarEste relato me ha sacado una sonrisa, y me hace reflexionar de tantas personas que regalan su vida y sus días a personas como esa madre, esta bien los lazos de sangre importan pero los derechos de una persona terminan donde comienzan los de otros, siempre hay que buscar un equilibrio y ie bien que esta chica se libere y viva su vida.
ResponderEliminarMucho tardó la chica en decir basta ya, necesito vivir mi vida. Me parece muy egoísta la madre que no es capaz de poner en una balanza la entrega de la hija frente a la pequeña dosis de diversión que ansía y que tanto pospuso por estar pendiente de ella...bss!
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