Libertad de movimiento
Cuando me explicó que
tener libertad de movimiento, no era lo más importante, supe que todo lo que
tenía que hacer, era escuchar con atención, y darle la vuelta a todo lo que
desde un principio creía que era la vida que siempre había querido.
Durante mucho tiempo
dedicaba mi vida a vivir sin más, dormir, comer, trabajar, divertirme, hasta
que descubrí que además de poder hacer todo eso, había otras formas de vida que
sin querer estaban condicionadas.
Dedicar tiempo a otros,
que pensábamos, que no eran tan afortunados, dio un giro a todo lo conocido,
descubrir que otras personas con movilidad reducida, podían decirme algo, me
parecía imposible. Pero así era, dedicar cinco horas a la semana, a centros
donde ayudaban a personas con algún tipo de discapacidad, me hizo descubrir que
yo también tenía un problema, y era, que no daba importancia ni valoraba lo
poco o mucho que tenía. Suponía que mi vida era perfecta, y la perfección no
existía, se podría estar cerca, aunque creo que la mayoría estábamos muy lejos
de conocerla.
Damos poco valor a
acciones, sentimientos, palabras, al ¿Por qué?, al ¿Cómo?
Cuando llegamos a
descubrir él ¿Por qué?, y él ¿Cómo?, nuestro mundo, nuestros pensamientos, y
nuestra mente se liberan, y descubren que la vida es algo más que el simple
hecho de estar ahí, es algo más que lo cotidiano, es algo más, que el simple
hecho de existir.
Todo comenzó con un joven
que lo había tenido todo, y por una fatalidad ajena a su forma de vida, se
había visto imposibilitado.
En un principio deseaba
desaparecer, no quería vivir de esa manera, no era la manera que él deseaba, no
era lo que había esperado para su existencia.
Durante meses estuvo
triste, muy triste, decaído, deprimido, y, no quería que nadie de su entorno,
excepto su familia, le visitase, no quería que nadie le viese así, sin
movimiento, sin nada que poder hacer.
Los meses siguientes a
ese fatal desenlace, los revivía una y otra vez, revivía todo lo que había
pasado, esperaba que todo fuese un mal sueño, y sin más se despertase.
Aquel coche se había
abalanzado sobre él, porque, la persona que lo conducía se había despistado, y,
había
estado luchando por su
vida durante tres días, le había pesado esa lucha, pensaba que si hubiera
sabido cuál iba a ser el resultado, no le hubiese dedicado ni un minuto.
Estaba postrado en una
cama, casi inmóvil, le parecía lo peor del mundo, los médicos le habían dicho
que tenía muy pocas posibilidades, de poder levantarse de aquella cama. Tras
unos meses en aquel hospital lo trasladaron a un centro especializado, donde
conviviría con otras personas en su misma condición.
No quería estar allí, él,
no se sentía como aquellos otros, que a pesar de todo parecían felices, él, no
lo era, no era feliz, no quería vivir así.
Con el paso de los meses
su cuerpo se fue recuperando, comenzaba a tener movilidad, cada día un poco
más, y, pronto, volvería a ser el de antes.
Durante esos meses
también se daba cuenta de que su mente cambiaba, se involucraba con aquellos
compañeros, que por mucho que lo intentasen, la mayoría, no volverían a
disponer de toda su movilidad.
Tenía el don de ser
carismático, y producía un efecto tranquilizador en todos aquellos con los que
compartía aquel centro, había comprendido que la felicidad estaba en cualquier
parte, con cualquier persona, en todos los ámbitos de la vida, se podía
encontrar lo más ansiado por todos, ser feliz.
Dos años hicieron falta
para que él se recuperase, volvía a caminar, volvía a ser lo que había sido
siempre, solo había cambiado su forma de pensar. Tenía muy claro, que siempre
que pudiese volvería a ese centro, y así lo hizo, durante cinco horas a la
semana, dedicaba su tiempo a todo aquel que le necesitase, porque esas cinco
horas, era lo más importante que podía hacer, porque, en algún momento, otros
habían dedicado su tiempo a él.
Yo creo que el vínculo es el centro del bienestar humano. Depende de nosotros mantener esos nexos ahí donde se están desdibujando y crear nuevos. Siempre crear y dibujar puentes para que te encuentren y encontrar eso que te da ganas de vivir!
ResponderEliminarDesde hace muchos años me planteo dedicar parte de mi tiempo a ayudar a los mas necesitados, porque creo que me enriquecería mucho como persona y aprendería mucho de ellos, pero al ser una persona muy empatica y sensible, creo que lo pasaría realmente mal, así que nunca acabo de decidirme a dar el paso, quizás lo haga tras leer tu entrada, gracias.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarA veces se trata de darnos cuenta de quienes somos a través de las cosas por las que pasamos, esto nos invita a pensar en como interactuamos con los demás y el valor de crear estas conexiones con otros . Excelente relato, saludos!
Hola :)
ResponderEliminarMuy buen relato que invita a la reflexión. En un momento como ese la fortaleza es grande. A mi me gustaría pensar que puedo ser fuerte para mi y mejor para otros. Gracias por compartir
Hola! Estupendo relato, sin duda da que pensar y nos hace reflexionar. Yo soy de las que piensa que nuestras vidas en particular y el mundo en general serian mucho mejor si dedicáramos parte de nuestro tiempo a otras personas que están más necesitadas, sin duda crearíamos vínculos más fuertes con los demás. Gracias. Un saludo.
ResponderEliminarHola guapa, pues en la historia la vida le dio una segunda oportunidad al chico y este decidio aprovecharla para facilitarle la vida a los demas, me parece muy buena enseñanza, hay cosas que nos hacen cambiar nuestra forma de ver la vida y nuestra forma de comportarnos, algo asi esta claro que puede hacerlo y ser un buen desencadenante! besos
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