El banco de la familia
Sus pensamientos regresaron al
pasado, se había visto sumergido en olores, sonidos, sensaciones que hacía
mucho tiempo que no tenía, sabía que el tiempo no estaba a su favor, por ello
tomó una decisión que para él resultaba muy importante, necesitaba hacer algo
que le permitiese sentir donde había empezado todo, donde tenía que terminar.
Años atrás había tomado una
gran decisión, se sentía feliz, debido a esa iniciativa existía una gran
familia, sin embargo, llevaba unos meses angustiado los recuerdos acudían a su
mente, necesitaba volver a sus inicios, a su tierra, al comienzo de su vida, a sus
primeros años, a su hogar.
La elección tomada le había
llevado a aquellos caminos en aquel pueblo donde solo quedaban unos pocos
vecinos, un lugar abandonado, ya no quedaba nadie que le recordase, no existían
aquellos niños que corrían, reían, saltaban en busca de diversión.
Miraba la
casa que le vio nacer, recordaba cada rincón de aquellas cuatro paredes destruidas
por el paso del tiempo. Caminó por aquellos senderos ajenos al transcurso de
los años que seguían tal y como los recordaba, años atrás eran caminos alegres,
donde se escuchaban las voces de los mayores, las risas de los más pequeños,
ahora eran sendas silenciosas donde solo los pájaros eran libres para emitir
sus trinos.
Buscó en el cobertizo un lugar
cómodo para quedarse, intentó acondicionarlo lo mejor posible, durante días fue
subiendo madera hasta el acantilado, desde allí podía divisar la franja donde
parecía que el mar terminaba, podía oler aquella aura que el contoneo de las
olas dejaban cada vez que rompían contra las rocas, en aquel momento supo que
aquella brisa, aquel olor a sal no había cambiado, comenzó a trabajar en aquel
banco que le permitiría contemplar todo aquel esplendor.
Trabajaba lentamente lijando,
cortando, atornillando aquellas maderas, su movilidad reducida le obligaba a
descansar, tumbarse sobre la hierba verde templada por el sol, mirar al cielo, al
mar para descubrir una conexión, el cielo le daba su color al mar y este recogía
esa coloración que transmitirla con sus movimientos casi perfectos.
Durante meses trabajó en aquel
banco que miraba al infinito, lo contempló ya finalizado, se sintió orgulloso
de haber tenido tiempo de crear una ventana que uniese su lugar natal con su
nueva vida, sentando mirando a la lejanía presenció aquella belleza, aún con
los ojos cerrados continuaba viendo la hermosura de tanta naturaleza.
Una mano se posó en su hombro,
al abrir los ojos observó a su familia, todos estaban orgullosos de lo que
había creado.
—¡Hola Papá! aquí estamos, tus
hijos, tus nietos, tu familia, hemos querido conocer de dónde venías, nuestro
origen, tus comienzos, los cuales abandonaste para darnos una vida mejor,
sabemos que nunca olvidaste tu pueblo, has construido una ventana a tu mundo
para mostrarnos que, a pesar de la lejanía, todos estamos unidos por los recuerdos
de los que un día tuvieron que abandonar su hogar.
Aquel banco era un homenaje a todo aquel pueblo que le dio la vida, a sus padres, ahora a sus hijos, a sus nietos, allí sentados mirando al horizonte supo que ese sería el banco de la familia.
Hola guapa
ResponderEliminarAy que relato tan bonito y lleno de sentimiento! Es muy importante no olvidar de donde viene uno y transmitirle la importancia de ese mensaje a nuestros hijos y nietos, aunque ellos jamás hayan estado ahí o no sepan lo que es
Me gusta mucho el mensaje que transmite este banco familiar
Un besazo
Hola, que bonita historia, me emocionó mucho, siempre es importante recordar nuestros orígenes, me hizo recordar a mi familia y pensar en lo que más adelante le contaré a mi hijo, aunque es pequeñito, le hablo de la familia, los que están lejos, los que ya no están para que sepa sus orígenes.
ResponderEliminarComo siempre un gran relato. Me toca el corazón, y más en estos tiempos, cualquier cosa que tenga que ver con la unión de una familia. Muy emotivo.
ResponderEliminarGran relato!!!, hay que volver a lo origenes donde estan nuestras raices; fisíca o emocionalmente,
ResponderEliminarHola, guapa
ResponderEliminarComo siempre me ha encantado tu relato. Este en particular me conmovió mucho por tratarse de la familia y la unión, creo que eso es algo super importante y más por estos tiempos donde estamos atravesando por situaciones muy difíciles. Creo que es super importante no olvidar de donde venimos y cuales son nuestros orígenes.
Hola!
ResponderEliminartan importante es saber hacia donde vamos como de donde venimos. Sin duda ese padre y abuelo lo pasó mal al abandonarlo todo y ahora se ve recompensado por la gran familia que ha formado pero eso no quieta para que deje atrás sus orígenes y se los muestre a los suyos. Que bella historia.
Besos!
Como comenta María es muy importante saber a donde vamos, pero también no olvidar de donde venimos y el relato mediante el que lo plasmas me ha parecido precioso. Estoy muy unida a mi familia y quien sabe quizás yo tenga una propia y pueda construir un banco como el del protagonista. Un abrazo
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarQué preciosidad de relato. Ahora más que nunca tenemos que mirar al infinito, conectar con los demás y recordar a todos y todo. En mi caso no somos una familia que esté conectada constantemente, sin embargo, sabemos que cuando hace falta, estamos ahí. Gracias por compartirlo con nosotros.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
Que bonito relato, dicen que uno nunca debe olvidar de donde viene, y ese banco con ese paisaje en frente es el lugar perfecto para sentarse y reflexionar cuánto hemos avanzado y el legado que dejamos a nuestra familia.
ResponderEliminarHola guapa, pues que bonito el relato, me encantan estos bancos que estan colocados estrategicamente y que desde ellos puedes perderte en el infinito, siempre acabo no viendo lo que hay delante y mirando en mi interior, es un bonito homenaje! besos
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el relato, es muy bonito!! Transmite mucho sentimiento y es que los orígenes por mucho tiempo que pasen siempre están ahí, siempre queremos conocer más de ellos. El simbolismo del banco es precioso.
Un abrazo.
Hola wapa! El banco de la familia que has escrito es un relato muy bonito, me ha gustado mucho
ResponderEliminarBsss
Que lindo está este relato, es sin duda muy emotivo, sobre todo desde la perspectiva de una madre o padre de familia leer una historia de orgullo y amor. Muchas gracias por compartirlo, me ha gustado tanto, siempre es un placer leerte.
ResponderEliminarHola guapa! Me gusta mucho tu relato, es precioso y con mucho sentimiento. La familia es muy importante, saber nuestr origen y no olvidarlo nunca. Besos
ResponderEliminarQue relato más bot no. Todos los tuyos me encantan, pero éste me ha conquistado y emocionado muchísimo. La temática de la familia, la unión sobre todo en este momento me pone a flor de piel. Bs
ResponderEliminarNo sé cómo lo haces pero te gusta bastante montar relatos en torno a lugares abandonados, ¿eh? Es bonito conservar las raíces, pero también que no te aten tanto que limiten tu felicidad, así que el protagonista actuó perfecto, bss!
ResponderEliminar¡Qué relato más bonito! Me encanta que le des tanta vida a lugar así, es precioso. Es muy importante valorar de dónde vienes y el cuidado de tu familia, una gran combinación.
ResponderEliminarBesazos
Todos nosotros somos capaces de recordar algún banco en nuestro pueblo o ciudad natal en el que pasábamos las horas esperando al autobús del colegio, charlábamos con los amigos u observábamos siempre a las mismas personas en él. El mobiliario público son pequeñas partes de nuestro ocio, aventuras y recuerdos.
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