Nuestro propio fantasma
La vida podía ser muy
aburrida cuando la compartías con tu propio fantasma, ese ente que se apoderaba
de tus pensamientos, de tu cordura, de tu forma de ser, para convertirte en lo
que a él más le gustaba, un individuo sensato.
En el momento que se
apoderaba de tus pensamientos, acciones, pasabas a ser uno más sin poder
deshacerte de él.
Vivir acosado todos los
días y todas las noches resultaba agotador, ese ser que habitaba dentro de ti,
el que te hacía parar cuando lo deseaba, el que te decía lo que estaba bien o
mal, el calculador que te obligaba a no gastar más de lo que tenías, el que te
avisaba cuando corrías demasiado en el coche, el que te hacía pensar que
existían dos alternativas, y no era así, te obligaba a seguir una de ellas, te
conducía hacía la decisión que no querías, la que menos te gustaba.
Un fantasma pesado,
inquieto, nunca descasaba, siempre alerto, esperando que te equivocaras para
echártelo en cara. Esa voz muda que te indicaba los pasos a seguir como un
lunático, una persona dominada por sensaciones invisibles.
Ese fantasma aparecía a
una edad en la que ya habías afrontado los mayores peligros, viajar en un coche
sin cinturón o con los pies por la ventanilla, tirarte a un río desde una gran
altura, probar todo lo habido y por haber, descubrir los placeres con gente que
conocías de unos minutos, correr hacía lugares donde no existía la ley.
¿Por qué aparecía, cuando
ya lo habías hecho todo? ¿Por qué no se había quedado tranquilo?
La mayoría poseía su
propio fantasma, unos más severos que otros, te mantenían a raya durante toda
la vida, sin permitirte excesos ni aventuras, otros eran algo más alocados, te
permitían saltarte algunas normas.
Sin embargo, existían los
que no tenían su propio fantasma, que vivían la vida buscando el peligro,
ajenos a todo lo decente, eran seres a los que ningún ente quería como huésped,
los que ansiaban el fantasma ajeno e intentaban sacártelo a la fuerza.
Hola guapa
ResponderEliminarEs muy curioso, durante todo el texto he pensado en lo malo y agobiante que es tener ese propio fantasma que te bloquea y te juzga, y al llegar al final me he dado cuenta de que a quien hay que temer es a esa gente que ni siquiera tiene su fantasma propio
Muy interesante
!Un besazo
¡Hola!
ResponderEliminarSin duda este texto me ha hecho reflexionar, y mucho.
Todos supongo que tenemos ese fantasma o quizás esa voz interior que difícilmente podemos callar y que en ocasiones nos machaca para hacer o no hacer algo, e incluso nos bloquea y no nos deja avanzar. Sin duda es importante que a pesar de estar ahí, no se apodere de nosotros y se convierta el que maneja los hilos y nosotros terminemos siendo una marioneta en sus manos.
De los que no tienen su propio fantasma, no sé, quizás son personas que no tienen muchas aspiraciones o simplemente envidian a los demás.
Besotes
Saludos buen contenido
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarUn texto que nos invita a reflexionar. Al empezar tu relato pensaba en lo aterrador que es pensar en tener un fantasma contigo y al terminar tu texto me apena las personas que no lo tienen. Me gusta esa evolución de pensamiento que hace nuestra mente tras leerte. Gracias
Besotes
Estoy muy feliz sin fantasmas. Las veces que se han acercado, los he alejado de mi vida. Yo decido, yo me equivoco, yo acierto, yo ayudo, yo aprendo. Yo.
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarQué razón llevas en este texto, la verdad es que creo que conozco a unos cuantos de los últimos aunque me dé terror reconocerlo. Desde luego en este caso un reflexión que me llevo a la cama. Muchas gracias por compartirla con nosotras.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
Me encanta lo que escribis, el fantasma de la conciencia creo que nos hace el favor de guiarnos a lo correcto, recordarnos lo importante y a pesar de que reneguemos de ello, siempre estan para darnos una mano y ayudarnos a hacer lo correcto para nosotros. Saludos
ResponderEliminarHola, excelente reflixión, no creo que a veces hace falta tener algún fanstama, a veces lo tenemos sin darnos ni cuenta, bs
ResponderEliminarSiempre se ha dicho que nosotros mismos somos nuestros propios enemigos. Tú lo has expresado mediante el fantasma, para todo hay que saber cuando parar, pero tampoco ir como pollo sin cabeza o no hacer nada por miedo al qué pasará, bss!
ResponderEliminarMuy chulo! Ese fantasma es a lo que yo llamo la voz de tu conciencia, y hay que tener mucho cuidado de quien no tiene este fantasma! Muy bueno el relato para estos tiempos de ahora, en los que parece que muchos carecen de este fantasma y hacen lo que les da la gana, poniéndose en peligro, no sólo ellos, sino a los demás. Nunca me han gustado las cosas en las que el resultado que tú obtienes depende de los demás. Un trabajo en el que por mucho que te esfuerces tu rendimiento puede estar en manos de otros, conducir un coche, que por mucha prudencia que tú tengas, puede llegar un loco y matarte.. Y muchas cosas así. Un besote!
ResponderEliminarMe he sentido bastante identificada con el texto, porque yo siempre he sido muy exigente conmigo misma, me exijo ser responsable, fuerte, buena... Una exigencia que no aplicó al resto. Gracias por hacerme reflexionar, un abrazo
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminartodo en exceso el malo: un fastasma muy pesado resulta agotador pero no tenerlo en absoluto... no se si será del todo bueno. De todas formas, muy buen texto, como siempre :D para hacernos pensar.
Besos!!
Equilibrio es lo que necesitamos para encontrar la paz en medio de es ruido interior llamado fantasmas que todos tenemos. Una reflexión que no invita a no exigirnos tanto y ser más bondadosos con uno mismo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarFíjate que al ver el título pensé que iba a ser una historia de terror... y nada que ver. Esa vocecita de la conciencia para los que sí tienen conciencia. Una conciencia de la que los malos intentan apoderarse... muy inteligente por tu parte. Chapeau!
Hola bella, me encantó leerte, creo que cada nosotros tenemos un fantasma que nos dice lo positivo de la negativo, saber elegir lo que queremos hacer, y por qué camino ir
ResponderEliminarGracias por este post que nos hace reflexionar... Y es que todos (o la gran mayoría) tenemos fantasmas que nos acompañan y creemos que son malos y que nos bloquean... Pero..m ¿Y la gente que no los tiene? Son más peligrosos que nosotros?
ResponderEliminarNo me puedo quitar está esta pregunta de la cabeza...
depende del tipo de fantasma, pero es cierto que a veces parecen necesarios... otros les podemos dar puerta jajaja ya me gustaría a mi solo tener un fantasma...
ResponderEliminarHola guapa, pues me ha gustado esta entrada porque aunque me encanta el terror estos fantasmas de los que hablas hoy aun son mas terrorificos, los que todos tenemos y llevamos dentro! hay gente que no los tiene? no lo se! pero me ha gustado tu reflexion en forma de relato! besos
ResponderEliminarHola wapa! Es una historia curiosa la de este fantasma! No se sé de dónde sacas tanta imaginación pero me ha gustado mucho tu historia.
ResponderEliminarBssss
Muy bueno, tu "yo" interior que toma diferentes formas. Me ha encantado.
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