Pánico en la noche
Pedro viajaba por todos
los pequeños pueblos, todas las noches dormía en distintas camas, recorría el
país vendiendo sus productos. Un trabajo que le encantaba, para él, conocer
gente nueva era todo un placer, descubrir aldeas, vecindarios, paisajes le
resultaba muy instructivo. Empaparse de las historias que encontraba en cada
zona le llamaban mucho la atención, localizar los sucesos perdidos que había
detrás de cada piedra, castillo, montaña, bosque le producían una gran
satisfacción. Todo lo que oía, veía, preguntaba, lo escribía en su gran libreta
negra.
Una tarde noche, buscando
un lugar donde dormir, llegó a aquel pueblo que parecía muerto, no había visto
a nadie por las calles, ni un coche, ni tan siquiera un gato o un perro. Todas
las casas parecían deshabitadas, las puertas cerradas, las contras de las
ventanas echadas.
Aparcó el coche, caminó
por la calle principal, no escuchaba nada, el silencio era aterrador, le
molestaba el sonido de sus pasos, intentó caminar sin hacer ruido, no sabía por
qué lo hacía, de puntillas, llegó al otro extremo de la calle, miró a un lado y
a otro, nadie, todo estaba desierto.
Dio la vuelta, continuaba
de puntillas, entró en el coche, la sensación que tenía era de frío, ese frío
que recorría la nuca para acabar en la punta de los pies. Encendió las luces e
iluminó toda aquella vía, nadie, seguía desierta. Quizás era un pueblo
olvidado, aunque no lo parecía, los jardines de delante de las casas estaban
bien cuidados, las fachadas pintadas de blanco, con una franja verde por la
mitad de la pared, en realidad le había llamado la atención que todas las
hubiesen pintado igual.
Anotó en su libreta negra
todo lo visto, lo que había percibido, sus sensaciones, el miedo que había
tenido al caminar, la percepción de que le vigilaban.
Sacó su mapa de
carreteras, buscó el pueblo más cercano, volvería a ese pueblo a la mañana
siguiente.
Puso el coche en marcha,
no respondía, lo intentó dos veces más sin conseguirlo, los nervios se estaban
apoderando de su cuerpo, ese coche nunca le había fallado, ni tan siquiera en
los días más fríos del invierno.
Apagó las luces, apoyó la
cabeza en el volante, esperó unos minutos, sabía que cuando lo volviese a
intentar no le fallaría.
Cuando levantó la cabeza
vio unos ojos rojos apoyados contra el parabrisas, no podía sacar la vista de
aquellos grandes ojos de sangre, su reacción fue echarse hacia atrás todo lo
que podía dentro de aquel cubículo, no sabría decir a quién o a que
pertenecían. Intentó encender las luces, sus manos se habían quedado
agarrotadas por el terror, de repente, cientos de ojos rojos comenzaron a
aparecer rodeando todo el coche, no sabía si había puesto los seguros de las
puertas, daba igual no podía moverse. Su vista seguía fija en el primero, eran
los de mayor tamaño. Todos se movían inquietos alrededor del coche, la puerta
del lado en el que estaba sentado se abrió, bocas enormes con dientes afilados
se acercaban a su cuerpo, a su cara, a sus manos. Sentía aquellos dientes
mordiendo su carne, notaba como con cada mordisco como aquel trozo de su cuerpo
desaparecía, hasta que solo quedaron los ojos, a esos ninguno de aquellos seres
les tocaban. No entendía como seguía pensando, solo sus ojos estaban en aquel
asiento, ahora sabía el porqué, fueron el manjar del más grande, del que miraba
mientras los otros se daban el gran festín. Pedro y aquellas criaturas habían
desaparecido.
La luz del sol le dio de
lleno, despertó sobresaltado, siendo observado con asombro por aquellas madres
que llevaban a sus hijos al colegio.
Hola
ResponderEliminarUfff yo no soy de terror jajajajajaja no me gusta el miedo, pero te ha quedado bien.. muy bien
Te devuelvo la visita y también ya soy tu seguidora, pero no me espantes más eh
un bes💕
¡Hola!
ResponderEliminarMadre mía, que cague, pero de los grandes ¡eh!
Admito que soy fan de los libros de terror, pero este me ha resultado especialmente inquietante.
Además, que me has dejado con esas ganas de descubrir la historia de esos ojos rojos y qué es lo que en realidad le pasó a Pedro. ¿Quizás ese pueblo estaba habitado por seres oscuros? O, ¿era solo cosa de su mente?
Besotes
He estado en vilo durante toda la lectura. Es que lo he vivido. Menos mal que había sido una pesadilla. Escribes muy bien. Cada palabra la he podido visualizar sin problema, eso es lo que me gusta en una lectura. Graciassss
ResponderEliminarHola, al inicio pensé que sería un relato de misterio pero conforme avanzaba me di cuenta que no era el caso, me encantó la forma en la que narraste la historia, si se siente el suspens y la intriga, sobretodo al final.
ResponderEliminarMe gustaría saber si hay alguna segunda parte o una antes de esta, porque no entendí muy bien que estaba haciendo Pedro a esas horas de la noche en el pueblo.
Si no, te he comenzado a seguir, espero que tu puedas darte una pasadita por mi blog :)
Saludos.
¡Hola!
ResponderEliminarEs el relato que más desconcertada me ha dejado. De hecho, aún ahora que lo he terminado sigo con la mosca detrás de la oreja. Enhorabuena, poco a poco vas aumentando el suspense en tus escritos y mola una barbaridad.
Un besote!! ^,^!!
ELEB
¡¡Holii Mar!!
ResponderEliminarMe lo he tenido que releer dos veces para enterarme un poco del final, que tengo que decir, me ha dejado descolocada. En un principio pensaba que se lo había comido ¡¡jajaja!! Luego ya en la segunda vuelta ya he entendido el final. Me ha gustado.
¡¡Bsssos!!
Pánico el que te entra cuando lees el relato, estaba sintiendo cómo le destrozaban la carne. Creo que este es el más macabro de todos los relatos y en el que más dudas quedan acerca del pobre Pedro, ¿era él quién estaba teniendo la pesadilla o qué pasó en ese pueblo en realidad? Bss.
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarAy que miedo he pasado con este relato! La verdad es que has conseguido transmitir este pánico porque consigues poner los pelos de punta
El final además de sorprender me ha dejado pensando si realmente es lo que parece o no...
Un besazo
Holaa
ResponderEliminarUff qué mal ratooo, me he quedado sin aliento leyendo tu relato. Has conseguido una ambientación buenísima y que desconcertante el final! Felicidades por tu relato.
Besotes
Hola wapa! Te tengo una amiga que es tan viajera como este ppedro pero tú historia me gustó mucho más, es muy bonita. Bsss
ResponderEliminarHola guapa, pues ya es de esas historias que me gustan esta, de esas que dan miedito y que cuando terminan... te dejan con la duda de si todo ha sido un sueño o fue real y si fue real... que paso en realidad? pero supongo que ahi sera cosa de la imaginacion de cada cual! besos
ResponderEliminarQue horrible pesadilla la que tuvo Pedro la noche anterior se sintió muy real mientras la ibas narrando, me recorrió un escalofrío párrafo a párrafo.
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