Levitar A un metro de la cama su cuerpo en vertical flotaba como un globo, una sensación extracorpórea que ya no le producía miedo pues lo peor vendría después. Solo con estirar su brazo podía tocar el techo, llevaba mucho tiempo sin levitar, sabía que tan pronto su cuerpo volviese a la cama comenzarían las proyecciones de una muerte violenta, solo esperaba que lo que viese no la trastornase, no la obligase a pasar de nuevo por el psiquiátrico donde le decían que todo estaba en su mente, sin embargo, sabía que no era así. Esos sentimientos y esa impotencia la llevaron a un tratamiento largo y tedioso con un especialista que cada vez que le hacía revivir ese momento la atormentaba más y más; optando por dejar la consulta. A media altura entre la cama y el techo respiraba agitadamente esperando volver a su postura inicial porque sabía que llegaría lo terrible y rezaba por continuar en esa posición el mayor tiempo posible. La primera vez todo parecía una pesadilla, tras la levitac
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Gran relato, como siempre. Has contado una realidad muy dura. Algo que se vive día a día en muchos hogares. La crudeza en tus palabras es imprescindible para que se grite a viva voz todo lo que ocurre. Me asquea que tengamos que vivir este tipo de situaciones. Gracias por ponerles voz.
ResponderEliminarUn relato de esos que estremecen y te hacen pensar. cuántas mujeres estarán en esta situación guardando silencio o qué tipo de acuerdo tendrán con ese amo, a cambio de qué aceptan vivir así. Felicidades
ResponderEliminarComo siempre has conseguido sorprenderme con tu relato. Somos como un iceberg y la gente que nos rodea, solamente conoce una parte de nosotros y por eso todos tienen una opinión equivocada de ella. Gracias por compartir, un abrazo
ResponderEliminarHola wapa! Es un gran relato, como siempre. No se de donde sacas tantísima inspiración
ResponderEliminarBsss
Hola. Me ha entrado escalofrío con este relato. Me ha dado una sentencio de ahogo y de querer gritar para que todos supieran la verdad, y así se le cumpliera sus deseos. Las apariencia engaña. Que pena me ha dado esa gata amedrentada. Besos.
ResponderEliminarhola guapa, caramba, pues si que es un relato intenso, desde luego no se de donde sacas esta imaginación tan desbordante. Desde luego muchas veces es asi, la realidad, como es un interiormente cuesta saberlo, a veces si teniendo muchsiima confianza con alguien acabas de conocerle y saber realmente como es.
ResponderEliminarHola guapa, pues como cambian las cosas depende de las perspectivas que se ven eh, son curiosas estan relaciones dueño-sumisa, y lo que puede llegar a pasar en unna relacion, un relato sorprendente! besos
ResponderEliminarComo es deporte nacional juzgar sin conocer pues ella es la dominante, ya...Lo peor es que no sabemos cuántas historias como esta se esconderán de las puertas de las casas...lo peor que no sientan suficientes fuerzas para abandonar eso...bss!
ResponderEliminarUfff Vaya historia y de esas muchas que no conocemos..las cosas no siempre son lo que parecen. Es desgarrador para la protagonista de tus letras no poder gritar..
ResponderEliminarLa historia me ha dejado con la piel de gallina, el poder no decir nada, aguantarse todo dentro mostrar al mundo una chica con otra cara. Genial el relato. Un beso muy grande.
ResponderEliminarHola guapa
ResponderEliminarUff no me esperaba para nada un final así, y te deja con el corazón dolorido, pobre... estar atrapada en tu propia vida debe de ser horrible
Y también es un gran mensaje, las apariencias muchas veces engañan y no debemos juzgar sin saber
Un besazo
¡Hola!
ResponderEliminarSin duda este es un claro ejemplo que las apariencias engañan, y que muchas veces deberíamos ahorrarnos realizar juicios, porque primero, no tenemos la potestad para hacerlo y porque segundo, nadie sabe lo que pasa en una casa puertas para adentro, ni lo que puede pasarle a una persona por ser de un modo u otro.
La verdad es que e un relato de esos que te invita a pensar en cuántas gatas que aparentemente creemos que son salvajes, por desgracia, viven bajo la sumisión más absoluta.
Como siempre, un placer enorme pasarme a leerte.
Besotes
Hola!
ResponderEliminaruna lectura que se hace un poco cuesta arriba porque pienso en cuantas más habrá que se hagan pasar por gatas ariscas y es que no les queda otra opción que serlo, que ponerse esa máscara porque no les queda más remedio. Una verdad dura que has sabido retratar.
Besos!!
Hola, hace un tiempo estado bastante estresada, por toda la situación que hemos vivido, y reconozco que la lectura para mí ha sido muy vía de escape, me encantó leerte como siempre tus historias maravillosas que nos transmites
ResponderEliminarPrecioso relato, y muy profundo. Sin duda, una realidad invisible...
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