¿Podemos hablar?
Ya era de noche, sabía
que tenía que entrar y afrontar lo que llevaba días retrasando, él quería
hablar, explicarle como había pasado todo, quería sincerarse, ser honesto,
quitarle ese dolor que llevaba meses sufriendo. Pero ella no estaba dispuesta,
sentía miedo, no quería verle, ni oír su voz, sin embargo, también pensaba que
cuanto antes le hablase antes ser iría. Aunque no sabía si realmente era eso lo
que deseaba, se había acostumbrado a aquella situación, verlo sentado en el
sofá, esperando que se sentase junto a él para poder hablar.
Delante de la puerta de
casa decidía si entrar, o, por el contrario, irse a casa de su amiga donde
llevaba durmiendo dos meses, todo por evitarlo, por no querer escuchar sus
palabras, sus disculpas, tanto daño y dolor que le estaba ocasionando toda esa
situación.
Introdujo la llave en la
cerradura, se quedó esperando algún ruido, no escuchó nada, entró dejando su
bolso y abrigo en la entrada. No quiso pasar por la sala, fue directamente a la
habitación, se aseó un poco y se puso el pijama, dudaba si salir o no, intuía
que la seguía esperando, al salir del baño miró de reojo, allí estaba
mirándola.
—¿Podemos hablar? —dijo
con voz muy triste y en un tono muy bajo.
Ella se miró en el
espejo, le daba miedo darse la vuelta, encararse con él, escuchar su voz, le
producía angustia, quería tener valor para sentarse enfrente, se dio la vuelta,
caminó despacio y consiguió mirarle directamente.
—¡Por favor!, dime lo que
tengas que decir, no sabes cuánto miedo tengo, no esperaba esto, ¿no crees que
ya he sufrido bastante? —había dicho esas palabras desviando la mirada al
tiempo que se sentaba, sus ojos estaban humedecidos y su voz sonaba como hueca.
Él la miraba con amor,
ternura, desde que se conocieran nunca dejo de amarla, sentía en su alma todo
aquel amor y sabía que a pesar de todo lo que sufría, ella también le seguía
amando.
—Sé, que no esperabas
esto, te he visto sufrir por los comentarios, las habladurías, y no podía
permitir más dolor del que ya estabas pasando —la miró con cariño, con esa
mirada que durante tantos años le había dedicado. Ella también consiguió
mantenerle la mirada, pues a pesar de todo, nunca dejara de quererle, eran unas
circunstancias extrañas que jamás se hubiera esperado, pero ahí estaba, le
escucharía.
Uy, me gusta! Emociones, VIDA. Por lo que vivo, siento afinidad y me gusta tu estilo. Enhorabuena!!! 🌹
ResponderEliminar¡Excelente! me encantó.
ResponderEliminarEl título captó mi atención de inmediato, creo que es una frase que todos hemos dicho o escuchado en algún momento de nuestras vidas. Me gustó la historia, la forma de escribirlo me atrapó y el final me sorprendió, que situación tan triste. Sin duda tu estilo es genial sabes como mantenernos interesados y sin despegsrnis en cada relato, felicidades :)
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminaruna pena como termina; después de que se aclarase todo y de escuchar las explicaciones pertinentes.... ¡puff! nada; a veces hay que hablar antes de que se agote el tiempo y no quedarnos con los malentendidos. La verdad es que siempre sabes como dejarnos al final sorprendidos con los finales de los relatos.
Besos!!!
No me esperaba ese final, se me ha querido salir una lagrima porque este tipo de situaciones me ponen un poco sensible, pero aún así me gustó tu relato.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarOstras que penita me dio al final y es que yo me meto mucho en las historias...
Me gustó mucho amiga
Hola.
ResponderEliminarMe ha dejado un sabor amargo ese final, me hubiera gustado que saliera de un coma o algo pero no morirse, que penita. La verdad que a vecesvno podemos irnos sin decir la verdad para que la otra persona no sufra.
Un beso.
¡Hola!
ResponderEliminarY de nuevo sabes como hacer que saboreemos cada palabra, mantenernos expectantes desde la primera de ellas, y dejarnos o bueno dejarme, que hablo por mí, con ese ¡ai!
La verdad es que me ha parecido una historia realmente triste, pero a la vez bella. El hecho de que él antes de partir pudiese explicarse para que ella no se quedase con esa pena de por vida, me ha parecido bello, no sé.
Como siempre, un gustazo leerte.
Besotes
Me ha querido recordar en cierto modo a tu otro relato, el de la vecina del pueblo. Creo que siempre nos queda la pena de no haber podido tener una última conversación con nuestros seres queridos difuntos. Y no me quiero imaginar esta situación en la vida real, muy dolorosa al tener unas "pruebas" y que nadie quede para contar la verdad,bss!
ResponderEliminarMadre mía me he emocionado un montón! Eres fantástica a la hora de despertarnos emociones de todo tipo. La historia me ha parecido súper triste y claro que una prefiere un final más feliz. Pero al menos ella no se va a quedar con la duda de ser engañada pobre que bastante está sufriendo ya.
ResponderEliminarSaludos
Hola guapa, pues como siempre le sabes dar un aire nuevo a las historias, porque desde luego parecia otra cosa... pero los fantasmas pueden mentir para que los vivos se sientan mejor? aix, sere que soy un poco desconfiada pero... me lo planteo de verdad! besos
ResponderEliminarHola guapa! Me ha encantado el relato, me ha tenido enganchada hasta el final que aunque triste a la vez me ha parecido bonito que pudieran hablar para que ella no quedará con la duda del engaño. Me he emocionado mucho. Besos.
ResponderEliminarEl relato ha sido muy intenso, he quedado super prendada con el mismo. Tiene u a mezcla de sentimientos. Y me gusta el hecho de que hayan podido hablar y dejar las cosas claras. Genial el relato y el post. Un beso muy grande.
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