Camino negro
Está demostrado que la mente a la vez que piensa también puede sentir, pero que pasaría si no sintiese, si no tuviese emociones, si no fuese capaz de resolver cualquier idea, razonamiento o intención que deseara manifestar.
Así era Pelayo, nombre que le habían puesto porque su nacimiento fuera en el mar a bordo de un trasatlántico que navegaba rumbo a mejores tierras, a mejores oportunidades. Nació en silencio, por más cachetadas que le daban no soltaba ni una lágrima.
La travesía había sido muy larga y Pelayo tenía en mente el vaivén del mar, en tierra todo eran caminos negros llenos de obstáculos que no lograba sortear.
Alertados por la actitud del niño visitaron médicos de todas las patologías y todos llegaron a la conclusión que no sentía dolor, ni emociones, ni afecto por nada ni por nadie. Desgraciadamente una parte de su cerebro estaba desconectada del resto, se mantenía inexpresivo, insensible, apático, indiferente.
Se hizo un hombre solitario, encerrado en su cárcel mental sin poder apreciar todo aquello que la vida le podía ofrecer, sin conocer algún tipo de sentimiento que le demostrase que podía sentir.
Asestó cuatro puñaladas apretando tan fuerte el cuchillo que por un momento el mango le quedó tatuado en la palma de la mano, no sentía nada ni tan siquiera al ver correr la sangre por la alfombra persa que a su madre tanto le gustaba. Se quedó inmóvil viendo las figuras que el líquido rojo realizaba en los hilos del tapiz, apartó un poco la mesa para apreciar con nitidez aquella hermosura, la cual le producía una sensación que hasta ese momento nunca había sentido.
¿Se estaba curando?, ¿era capaz de sentir algo?, no, no sentía nada, solo le llamaba la atención aquel acto. Levantó de nuevo el cuchillo y lo dirigió hacia la extremidad que tenía más cerca, lo introdujo de tal forma que no fue capaz de sacarlo, estaba incrustado en el fémur, puesto que escuchara el crujir de aquel hueso que parecía tan duro y sin embargo, no había necesitado demasiada fuerza para astillarlo.
Con una violencia extrema despegó el cuchillo de la carne al tiempo que un chorro de sangre cubría los distintos muebles, lo que le produjo una agradable sensación que le incitó a rematar el trabajo, sujetó el cuchillo sobre el corazón y de un golpe seco lo partió en dos.
Como en todos tus relatos mágicos que te transportan a la historia brava amiga 🤗👏👏👏
ResponderEliminarGracias Dani, una historia negra.
EliminarComo en todos tus relatos mágicos que te transportan a la historia brava amiga 🤗👏👏👏
ResponderEliminarComo en todos tus relatos mágicos que te transportan a la historia brava amiga 🤗👏👏👏
ResponderEliminarLa automutilación como suicidio creo que tendría que ser motivo de estudio científico.
ResponderEliminarSin ninguna duda, estaba dominado. Gracias por pasarte.
EliminarUn relato negro sin dudas..pero muy bien llevado por tu pluma.
ResponderEliminarAlgunos seres nacen , viven y mueren en oscuridad.
Un abrazo Tinta en las olas. Feliz fin de semana
Gracias por tu comentario Eli, uno nace pero no sabe como va ser su vida.
EliminarUy a veces el vació nos consume como a Pelayo impactante relato
ResponderEliminarGracias J. P. el vacío de este hombre era terrible.
EliminarAy, qué barbaridad!
ResponderEliminarNació en silencio...
Vivió atrapado en su cárcel mental...
Extraordinario relato lleno de un misterio que no puedo descifrar. Esta vez te superaste más y más Mar, qué tremenda mente, qué tremenda manera de escribir. Quedé pasmada.
Una cárcel mental de la que no podía escapar. Gracias Maty.
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarMadre mía, piel de gallina.
Mira que muchas veces precisamente el sentir es lo que nos apena y nos llega a tener que soportar dolores que muchas veces nos doblegan, pero es que no sentir nada, debe ser algo horrible también.
Además que supongo que el hecho de no poder sentir nada en ningún aspecto nos convertiria en reses tan fríos como Pelayo, y quien sabe si al final por "probar" terminásemos como él.
Triste final para una triste, a mi parecer, vida.
Besotes
Si, un triste final de una vida dolorosa a pesar de no sentir nada.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEsta es un alma dura, saludos me gusto el relato.
ResponderEliminarMuchas gracias Aarón por visitarme.
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