Desconocida
La brisa del atardecer
rozó su cara, en el horizonte podía observar como el sol se ocultaba y la luna
resurgía hermosa y llena. Volaban los recuerdos almacenados de historias
revividas una y otra vez, de un pasado glorioso a un presente en el olvido. Risas
y lloros, cantos y silencios pasaban por su lado un día tras otro.
Ya quedaba muy poca gente
en la plaza, algunos apuraban la compra para llegar pronto a casa, otros se
paraban a tomar un café mientras el día se iba desvaneciendo y la noche ocupaba
su puesto.
Años atrás su padre la
había dejado en aquella ciudad, en una enorme plaza por donde todos los días
miles de personas se cruzaban con ella, la miraban, sin embargo, nadie le decía
nada, nadie sabía por qué estaba allí, no se preguntaban quién era, o que
hacía.
Durante dos años su hogar
había sido la casa de su padre, oculta en un almacén de grandes dimensiones, en
soledad la mayor parte del tiempo. El único cambio era cuando su creador se
acercaba y conversaba mientras la acicalaba, la tocaba, la moldeaba a su gusto,
hasta que llegó el momento que no pudo hacer nada más por ella y buscó otra a
quien dedicarle su tiempo.
Ninguna otra persona le
había regalado tanta dedicación, nadie la había mirado con ternura, recordaba
los ojos bajo unas gafas de pasta gruesa, eran tiernos, y la miraban con
admiración haciendo que se sintiese hermosa y perfecta.
El día que la abandonó no
entendía el motivo, la razón, que le había llevado a esa renuncia. Años de
soledad y unos meses atrás se había acercado a observar como pasaba el tiempo
por ella, allí de pie, la miraba con la misma fascinación, sin palabras, sin
gestos, por varios minutos sus miradas se cruzaron, para ella fue remover todos
aquellos recuerdos de un pasado juntos.
Las luces de las farolas
comenzaron a encenderse, la luna brillaba en todo lo alto como una enorme
lámpara, los negocios recogían sus mesas y sillas apilándolas frente a la
fachada, a cada minuto se apreciaba el silencio, la soledad de otra noche a la
intemperie
Las palomas que caminaban
entre la gente durante el día, también se habían recogido, la ciudad se
disponía a dormir. Ver la plaza vacía le producía tristeza, a pesar de no
hablar nunca con nadie, el barullo, el ir y venir, el ruido la acompañaban y la
arropaban a pesar de ser indiferente para la mayoría.
La luz de un nuevo día comenzaba y la ciudad despertaba, cada uno con sus quehaceres, sin embargo, ella continuaba altiva, inmóvil, serena.
Mar, Mar! Una vez más, tu ingenio hacer resaltar la sensualidad (por supuesto que se están utilizando los sentidos en este obra)... Y fue hecha, segura estoy, con mucho amor y cuidado
ResponderEliminarAbrazos y besos!
Muy original y muy fiel a tu estilo se nos revela la verdad al final. Un relato exquisitamente bien contado. Saludos...
ResponderEliminarMe encantan tus giritos finales donde entiendes todo ^^ Pasa buen día ^^
ResponderEliminarComo siempre sorprendiendonos con el relato Tinta en las olas..
ResponderEliminarMuy imaginativo..
Que lindo ponerse en el lugar e esos objetos inanimados y pensar en si tiuviesen sentimientos , y como nos verian a traves de sus ojos...Interesante. Besos
Qué bonito escribes, Mar! Imaginación y estupenda resolución en el final. La verdad, cuando observo algunas esculturas parece que tienen vida propia, es el caso de la escultura en tu bellísimo relato. Un fuerte abrazo, Mar!
ResponderEliminarQue no tenga nombre le añade más encanto del que tiene por sí sola.
ResponderEliminarMe gusto el relato siempre uno le puede poner el nombre que desea. Te mando un beso.
ResponderEliminarBoa tarde. Obrigado pela história interessante.
ResponderEliminarHas escrito un relato que pareciera hablara de una persona y, sin embargo, el final habla de alguien, algo, que, de momento, es inmortal.
ResponderEliminarUn beso.
Me ha gustado mucho de verdad... Me imaginé lo que sucede cuando termino mis cuadros....
ResponderEliminarPaz
Isaac
imaginative story with surprising... love to read it.
ResponderEliminarThank you for sharing
Hola!
ResponderEliminarEs perfecto cómo trabajas la buena descripción en el relato. Muy bien logrado el efecto del final.
Un saludo
Me encanta como escribes, muy bueno el relato.
ResponderEliminarBesos
¡Hola!
ResponderEliminarQuitarse el sombrero contigo es poco, en serio.
Ya sabes, me gusta ir indagando, pensando con qué nos puedes sorprender con tus finales, pero es que no hay día que acierte, o ni me acerque siquiera. Señal que tu creatividad, como tu pluma, son de alto vuelo.
Besotes
No sé si es que ya es mucho tiempo leyéndote (y que siga mucho más) pero últimamente acierto bastante adivinando de qué tratan tus relatos. Aunque mal por el escultor que no le puso nombre a la obra que tanto tiempo le llevó crear,bss!
ResponderEliminarQue bonito, no me lo esperaba.
ResponderEliminarMe ha fascinado, creo que esta es la segunda o tercera vez que leo algo de ti y es que quedo maravillada.
Que mal que no le haya puesto nombre, pero cada quien le puede colocar según sienta. Otra cosa que me ha encantado es la fotografía y como se complementa
Como siempre ha sido una grata sorpresa el giro que le has dado al final de tu relato, pensé que se trataba de una persona, un relato que rinde homenaje a la creación hecha por el hombre.
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