Recuerdas

 


Recuerdas

Unos recuerdan y otros olvidan, unos se dejan amar y otros matan el amor.

—¿Recuerdas? ¿La noche que me quitaste la vida? Una noche que no puedo olvidar, sigo viendo tus ojos llenos de ira, y de pronto, una estrella fugaz cruzó el cielo anunciando mi llegada. ¿Recuerdas? —el ladrido de un perro parecía el canto del dolor amortiguado por la distancia —ese día amanecí feliz, alegre, con ganas de salir al mundo y disfrutar de todo lo prohibido, sin embargo, esa alegría duró poco. Llegaste, alterado como casi todos los días, oliendo a perfume barato, con las venas del cuello a punto de reventar, con un hilo de sangre cayéndote por la comisura de tus labios, luego supe, al acercarte, que sabía a vino agrio.

Un rayo de sol entró por una rendija de la ventana, dando comienzo a un nuevo día, el perro seguía ladrando, parecía querer decir algo que nadie entendía. De pronto el silencio, de nuevo aquella pausa que resultaba aterradora.

—Esa noche me quitaste la vida con tus manos, te apoderaste de mi fragilidad, utilizaste toda esa fuerza que te producía la rabia, los celos, la cólera. Un daño irreparable, un sufrimiento innecesario, una vida sesgada sin ningún motivo, simplemente por el disfrute de unos minutos de locura.

La soledad era extrema, incluso en ese momento deseaba escuchar al perro, el sonido de unas campanadas anunciaba la muerte de un hombre. Se preguntaba si sería alguien conocido. 

—El poder tener la oportunidad de gritarte todo esto me produce una sensación de alivio, durante años no entendía, a pesar de buscar motivos, el no comprender me mantuvo en alerta, simplemente esperando que llegase esta oportunidad para decirte que me has matado, pero tú has muerto en vida.

El chirrido de unas puertas metálicas y el sonido de unos pasos de varias personas que cuchicheaban en voz baja, le permitió unos segundos de paz. No quería seguir escuchando aquella voz que tan bien conocía, aquel tono, que tantas veces le había suplicado que dejase de golpearla.

—¿Recuerdas?, sí, claro que sí, destrozaste mi cara, mi cuerpo, mi alma, me tiraste como un trasto viejo, no permitiste que te amara, en tu cabeza solo revoloteaban los celos, y ahora con el paso del tiempo te das cuenta, que eso no era un motivo. Me mataste porque eras solamente maldad —ya quedaba poco tiempo, a lo lejos escuchaba los alaridos de aquellos que deseaban llevarse su presa. —Me besaste apretando tus labios contra los míos cubiertos de sangre, miraste mi cuerpo sin vida, sin tan siquiera una lágrima o un perdón, esperaste ver mi último aliento sin un ápice de remordimiento. No puedo perdonarte, ya no por matarme, sino por no dejarme amarte.

El funcionario de la cárcel certificó la muerte del preso; aunque ya era tarde; allí únicamente quedaba su cuerpo, los demonios del infierno arrastraban su alma a los confines del averno.


Recuerdas

Comentarios

  1. Estremecedor a más no poder. Y la triste realidad de tantas y tantas víctimas, en donde sale a flote el verdadero dolor, o el dolor mayor: no haber sido amada. El grito del interior de una mujer.
    Mar, increíble. Te mando un gran abrazo.

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  2. Gostei do que escrevestes, é uma bela historia.

    Te desejo feliz e abençoada Páscoa.

    Beijos

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  3. Siempre es un placer pasar por esta página. Lo que escribes, describe en buena medida el dolor por el que tantas personas han pasado. Mira, en el enlace te dejo una lectura que yo escribí para mi página de prensa a finales del pasado siglo. Espero que te guste. Un abrazo.

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  4. La situación que relatas estremece, no sólo por ser realidad, sino porque nada se hace para que no ocurra, UN a brazo. Carlos

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  5. Hay veces que ni con la muerte se paga.

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  6. Genial relato. La violencia solo genera muerte y desenlaces así. Me encanto el final . Te mando un beso.

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  7. unfortunately.....
    interesting story.... love the way you write its.

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  8. Cuánto dolor, sufrimiento y muertes tendrán que ocurrir para que este sinsentido acabe para siempre. Lo has tratado muy bien y transmite ese sufrimiento y ese dolor. Mucho camino aún por recorrer. Gracias, Mar. Un abrazo!

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  9. Cuánto dolor.. Es realmente estremecedor

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  10. Algunos, pocos, sí obtienen lo que se merecen.

    Saludos,
    J.

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  11. Amo a sua escrita e suas histórias que aqui eu leio.

    Votos de uma Feliz Páscoa a você e família.

    Beijinhos

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  12. HOLA HOLAAA!!
    Te ha quedado super bien!

    Un besote desde el rincón de mis lecturas💞

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