Terror apostado
Disfrutar de una semana
alejados del trabajo, del barullo de la ciudad, del correr de acá para allá, le
producía una sensación de paz. Pensar que podría levantarse a la hora que le
diese la gana, comer cuando tuviese hambre, pasear sin mirar el reloj, y lo
mejor, libre de redes sociales.
La cabaña pertenecía a su
familia desde mucho antes de su nacimiento, allí acudían todos los veranos,
tíos, primos, hermanos, durmiendo como podían y disfrutando del aire libre,
jugando por el bosque, bañándose en el río, olvidándose del mundo por todo un
mes.
Ahora solo tenía una
semana, suficiente para desconectar, para comunicarse con la naturaleza, para
ese descanso que más que físico era mental. Disfrutar del aburrimiento, era
algo que todos deberían hacer en algún momento del año.
No estaría sola, al día
siguiente llegaría su pareja, con el que llevaba saliendo año y medio y del que
estaba enamorada hasta la médula. Cuando se lo había propuesto no dudó ni un
instante en acompañarla y pasar esa semana los dos juntos.
La noche se echaba
encima, no quería equivocarse de camino y perderse en la frondosidad de la
arboleda. Un letrero le resultó conocido y supo que iba en la dirección
correcta. Al llegar observó aquella pequeña estructura de madera que se
conservaba en buen estado, o eso parecía. Se quedó sentada en el coche, mirando
y recordando todos los momentos felices, cuando las familias se reunían y los
niños eran libres de ir y venir por toda aquella extensión de naturaleza en
estado puro.
Sacó una linterna de la
guantera, bajó la maleta y comenzó a subir los cinco peldaños que la llevarían
hasta la puerta. Un escalofrío recorrió su cuerpo, le estaba entrando un poco
de miedo, todo estaba oscuro y realmente estaba sola. Intentó cambiar sus
pensamientos, nunca había pasado nada por la zona. Sacó la llave y abrió, olía
a cerrado. Cerró de nuevo la puerta, no quería sorpresas.
Dejó la maleta a un lado
y movió la luz de la linterna en todas las direcciones de la planta baja, todo
estaba como lo recordaba, los dos sofás de grandes dimensiones, las mecedoras,
la chimenea, la mesa donde todos comían los días de frío.
Un ruido de pisadas en la
parte superior, le hizo girarse y alumbrar hacia el piso de arriba. Caminó
despacio hasta la entrada, donde había un bastón que su abuelo utilizaba para
caminar. Lo agarró fuertemente y a pie de escalera preguntó: —¿Hola? ¿Hay
alguien?
Al momento escuchó correr
de una habitación a otra.
—¿Hay alguien? ¿Voy a
subir?
Comenzó a subir las
escaleras muy despacio, mirando fijamente hacía la final ayudada de la
linterna, llevaba el bastón levantado con la intención de defenderse si fuese
necesario.
—¡Estoy llegando, si hay
alguien quiero que se vaya!
Tan pronto puso el pie en
el último peldaño, una sombra salía de la habitación del fondo. Con el corazón
a punto de salirle del pecho se apoyó contra la pared, en actitud amenazante
mientras mantenía el bastón en alto.
—¡Te lo dije!, ¿ahora me
crees?, siempre criticabas que en las películas de terror peguntaban en lugar
de escapar y que eso hacía que no fuesen reales. Ahora acabas de hacer lo
mismo. Apuesta, ganada —le decía su pareja, mientras el bastón golpeaba su
cabeza.
entonces existen los fantasmas?
ResponderEliminarI felt the fear myself ...
ResponderEliminarMisterio en este relato! Muy bien elaborado y nos lleva a lo más inesperado.
ResponderEliminarY, por cierto, me encantó la imagen
Amiga, un abrazo muy fuerte. 🌹
Woow misterioso, muy bueno !
ResponderEliminarBom dia. Texto que nos prende atenção até o fim. Bom domingo com muita saúde e paz.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarVaya, que intenso el plot! No me esperaba ese final. Muy bien planteado.
Un saludo
Muy bueno ! hehehe yo también me pregunto porquè esa reacción de preguntar si hay alguien, cuando pensamos que el intruso nos contestarà... pero sucede !.
ResponderEliminarSaludos ;)
Qué buen final .
ResponderEliminarGolpe merecido y bien ganado.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Uy pobrecito pero para que es menso y se asusta con las películas. Te mando un beso
ResponderEliminarHOLA HOLAAA!!
ResponderEliminarbua el final no me lo esperaba
muy bueno!
Un besote desde el rincón de mis lecturas💞
Oh, ese final me ha dejado perpleja! Todo un relato de terror! Genial! Yo también me preguntaba lo mismo, cómo se le ocurre subir por las escaleras, yo me voy corriendo, jajaja. Excelente relato, Mar! Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarEl tío gana por partida doble. Es su día de suerte.
ResponderEliminarMisterioso❤
ResponderEliminarSiquiera no había cerca una escopeta
ResponderEliminarPaz
Isaac
very good story...
ResponderEliminarlove to read it