La llamada

 


La llamada

—¡Buenas noches! He oído que me llamaba, ya estoy aquí.

Intentó abrir los ojos después de escuchar aquella voz tan dulce, lo que vio le resultaba agradable. Hacía tiempo que no observaba a una mujer tan bella, hermosa como la primavera, con unos ojos negros y un pelo blanco que le caía por encima de los hombros.

—¿Dígame que me ha llamado? Pues no quisiera perder el tiempo. Tengo muchas otras casas que visitar. ¿Necesita algo de mí?

Quería decirle que sí, sin embargo, se mantuvo callado, estaba convencido de que tan pronto abriese la boca para responder, ella haría su trabajo y desaparecería. Unos minutos más observándola era lo que necesitaba para pasar la noche, la satisfacción que le producía su presencia le duraría hasta la próxima llamada.

Entrecerró los ojos disimulando, quería engañarla, aunque en el fondo sabía que nunca la engañaría. Era muy lista y él un pobre viejo postrado en una cama de una humilde habitación, donde nunca se abría la ventana ni se corrían las cortinas. No disfrutaba de la luz del sol, ni de la luna, nunca sabía que día era, y la única distracción era llamarla a ella, ver aquel cuerpo perfecto, escuchar una voz que le resultaba aterciopelada. Era un ángel y ese momento de la visita era un placer que deseaba alargar todo el tiempo posible.

—Juan, no podemos hacer esto todas las noches, ¿lo sabe?, si no va a decirme lo que quiere, tendré que irme.

Desde el momento que había descubierto que la podía llamar y sabía que acudiría, se aprovechaba para tenerla cerca, para recrearse con su compañía unos minutos de los largos días y noches que pasaba solo entre cuatro paredes.

Ser el último de una gran familia había sido lo más doloroso de su larga vida, enterrar a todos los que amaba era un castigo, no tener a nadie con quien compartir una charla, una risa, una caricia le producía una angustia tan dolorosa como la propia existencia de los últimos años. Intentaba descifrar que mal había causado a los cielos, para dejarlo de último en una tierra donde ya nadie le recordaba.

—Entiendo por lo que está pasado, lo entiendo muy bien. Llegar a su edad en soledad es morir en vida, sentir como uno tras otro fueron cruzando de la vida a la muerte, dejan un sufrimiento y un deterioro emocional devastador. Pero Juan, tiene que entender que si me llama me tienes que explicar lo que quiere, o si no esperar a que sea el turno de venir a verle.

Esa no sería la noche que abriese la boca, necesitaba extender un poco más aquella visión, disfrutar algunos días de la presencia de la mujer más hermosa que nunca hubiese existido, su cuerpo iluminaba toda la estancia, cuando se acercaba a su cara notaba su aliento templado, aquel aroma tan especial y único que solo ella se lo podía permitir.

Seguía con los ojos entrecerrados, no podía mantenerlos abiertos mientras la miraba o descubriría su fondo, su intención, su mentira.

—Me voy Juan, ya veo que no va a decir nada, que es otra treta de las suyas para alargar mi presencia.

La habitación quedó a oscuras, sin embargo, había tenido su momento. El próximo día estaría preparado para mirarla directamente y decirle que estaba listo para que aquel hermoso ángel de la muerte se lo llevase.


La llamada

Comentarios

  1. Me has tenido en vilo, deseando saber el final. Como siempre fantástico relato, Mar! Feliz fin de semana! Un abrazo!

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  2. Excelente relato que capta la atención desde el principio, muy bien narrado, intrigante. El final es demoledor. Saludos.

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  3. Fantástica história, deve ser um livro maravilhoso, gostaria de ler se publicar em português .

    Desejos de bom fim de semana.

    Beijinhos

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  4. Belissima história! Gostei muito.
    Os personagens são muito bem escolhidos no tempo e na medida exata da sua participação.
    O guião do relato é muito sugestivo e inovador, prendendo a atenção do leitor até ao fim.
    Muito bem conseguido. Te felicito!

    Un abrazo y buen fin de semana!

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  5. Un relato hilado para distraer al lector, en ese buen timbre que son sus cuentos cortos, ahora con la muerte como ´personaje-. Un abrazo

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  6. Hola, gracias por el relato, me he calculado quien era ella desde el principio, pero me ha gustado leerlo.

    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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  7. Muy bueno el relato, me ha flipado *o*
    Besos

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  8. Excelente.
    Ojalá todos pudiéramos elegir cuándo llamarla. Y que ella acudiera.

    Saludos,
    J.

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  9. Genial relato has manejado muy bien el suspenso y el final no me lo esperaba. Te mando un beso.

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  10. Auténticamente maravilloso ese diálogo interno con aquella que vendrá por nosotros, que sentimos cercana muchas veces y hasta la llamamos pero c

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  11. Perdón, algo hice mal con el teclado...
    Decía
    Muchas veces la llamamos, pero por dentro hay una negación a eso que tanto deseamos pero en contraposición con que lo de aquí, quisiéramos prolongar. Miedo a lo desconocido, natural.
    Feliz domingo Mar, gracias siempre, abrazos también siempre.

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  12. Yo siempre creí que a la muerte le importa bien poco si estamos preparados para ella. Solo los suicidas van a su encuentro.

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  13. ¡Hola!

    Me ha encantado, como siempre, y creo que trataun tema muy importante.

    Un abrazo

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  14. flow of story is excellent.... love to read it.
    Thank you for sharing

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  15. Has puesto tanta belleza en la tristeza!
    Un relato conmovedor, Mar.
    Y siempre, congelando el final al que deseo llegar desde la primera línea.
    Abrazos.

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  16. ¡Hola!
    Piel de gallina, en serio.
    Ya no solo por la tristeza que me ha transmitido Juan. Debe ser duro, muy duro, envejecer y ir viendo y sufriendo la partida de todos esos seres que amas.
    Pero, ya te digo, ni por asomo me hubiese pensado que la chica o mujer, era un ángel, su ángel de la muerte.
    Bonito, pero entristecedor relato.
    Besotes

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  17. Esta vez me has vuelto a pillar. Hubiera dicho sin lugar a dudas que Juan estaba en una residencia y la mujer era la cuidadora, a quien llamaba para no estar solo y dudaba si era un juego el quedarse callado...en esto último sí acerté, pues cuando hable no la recibirá de nuevo,bss!

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