La novia

 


La novia

La niebla se espesaba a cada minuto, no podía acelerar a más de cuarenta kilómetros hora, las luces chocaban contra la espesura que tenían delante y rebotaban haciendo que la visión fuese pésima y cansada.

Los dos hombres regresaban de la despedida de soltero de un buen amigo, habían bebido algo, y por ello se centraban en la vía de la carretera, evitando cruzar al otro lado o caer por el barranco. Lo bueno era que en todo el trayecto no se habían cruzado con ningún coche. Habían elegido ese camino para evitar controles y tráfico.

—¿Sabes por donde vamos a pasar?, ¿verdad? —el copiloto miró de reojo a su amigo, sin apartar la vista del frente.

—Eso no son más que tonterías de viejas. ¿Realmente crees que hay una mujer muerta ahí en esa curva?

—¡Bueno!, no sé si lo pienso o no, pero un poco de miedo da.

—Estoy seguro de que el que se inventó todo eso, iba más bebido que nosotros, dos juntos.

—Pues a mí, se me están poniendo los pelos de punta. Dicen que dos recién casados tuvieron un accidente y ambos murieron, pero ella sigue regresando con su vestido de novia para advertir a los viajeros.

—¡Joder!, me estás metiendo miedo, déjate de tonterías y estate atento por si me salgo de la carretera.

Doscientos metros antes de la curva, un claro con muy poca niebla dejaba ver a lo lejos un estandarte blanco meciéndose con el ligero viento que soplaba.

Los dos lo vieron al mismo tiempo, el conductor frenó de golpe, no podían dar crédito a lo que estaban observando, allí estaba la novia, parecía que les hacía señas con un brazo, que los miraba fijamente.

—Opino, que deberíamos dar la vuelta, ¿estás viendo lo mismo que yo? Y luego decías, que eran cuentos de viejas. ¡La madre que me parió, es la novia muerta!

—Tienes razón, ¡Dios santo!, esto no se lo va a creer nadie. Y no voy a dar la vuelta, si está ahí es para avisar del peligro, no para hacernos daño.

—¿Y tú qué sabes?, ¿y si solo sale para llevarse a otros a su lado?

—¡Tío!, me estás poniendo de los nervios, voy a pasar, estoy cansado y quiero llegar a casa.

Pisó el acelerador, no demasiado rápido, pues la curva era demasiado cerrada, las manos le temblaban al pasar de marcha y el pie del acelerador se movía por su cuenta.

El copiloto estaba pálido, no podía hacer nada, y mucho menos había pensado en bajarse, el miedo lo superaba hasta el punto de orinarse encima.

La sábana con la se cruzaron se mecía con el viento y pudieron leer “Nos vamos de bodorrio, José y Ana se casan”

La novia



Comentarios

  1. La mente les traicionó, ¿o fue el alcohol? Puede que ambas. Por eso, por si acaso, yo siempre hago caso a Steve. Él lo sabía: "Si bebes, no conduzcas".

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  2. Uma belíssima história!
    Mas assustador para os que lá passam.
    As vezes o medo é maior que nós, e se este está sobre efeito do álcool, air foge do controle.

    Beijinhos

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  3. Genial relato el final es bueno te sorprende. Te mando un beso.

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  4. Buenísimo. Ahora sucedió lo contrario en el final. Como dice Cabrónidas, "si toma no maneje" 😂

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  5. Jajaja, me ha encantado!! Ya al empezar a leer vi que estaba basado en la chica de la curva y me ha gustado mucho ese toque final.
    Besitos.

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  6. El miedo te hace ver lo que quieren que veamos. El sorprendente final es de encuadrar. Me ha encantado. Te mando un beso.

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  7. Hola! me gusto muchísimo, el final es lo mejor una buena manera de terminar la historia. Besos

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  8. Me encantacese final, como decimos por estos lares con "mamadera de gallo", después de tanto suspenso tan bien logrado. Un abrazo. Carlos.

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  9. Hola, la imaginación siempre es mayor que la realidad, aún así nunca es sencillo escapar de ella. Muy buen relato, como siempre.
    Besos desde Promesas de Amor, nos leemos.

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  10. Hola hola!!
    el final simplemente WOOW
    Un besote desde el rincón de mis lecturas 💕

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  11. Sorprendente y evocador <3
    Besos

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  12. El miedo paraliza los sentidos, aún más, con los efectos del alcohol y una historia de terror por medio. También, el miedo te hace avanzar, pese a todo...
    Muy bueno, Mar. En tu línea.
    Un abrazo.!

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  13. El miedo muchas veces nos engaña... Bonita historia!

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  14. Aquellos que disfrutan de los relatos cortos como este y desean publicar un libro pueden considerar acudir a una editorial. Es importante investigar y elegir una en la que vayan a ayudarte durante todo el proceso de creación.

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