Medio siglo

 

Medio siglo

A lo largo de los años cada quien va pasando por la vida de forma distinta, no existen vidas iguales, aunque algunas si podrán ser similares o parecidas. Cuando se llega a cierta edad en la que ni eres mayor ni joven, es esa edad a la que se puede llegar cansado o con muchas más ganas de vivir. Un trayecto en la que los sueños son mucho más reales y por ello más fáciles de alcanzar, ese tiempo en el que en ocasiones tienes miedo y en otras te sientes especialmente vivo. Es la etapa de la vida donde más seguro te sientes y la libertad es eso “libertad”.

Mirar atrás es ver de lejos todo aquello que día tras días fue sucediendo, algunas etapas difíciles, otras sencillas, otras pasaron sin pena ni gloria y otras dejaron esa marca que se arrastrará a lo largo de los años.

Uno piensa que cincuenta años es mucho y que lo más posible es que no quede otro medio siglo por vivir. Llegar hasta ahí te hace recapacitar en lo apurados que fuimos, en querer crecer pronto, en saltarse vivencias importantes, en querer llegar sin respiro a una meta, de la que cuando llegas te das cuenta de que no hay vuelta atrás. Reconoces que son muchos años aplazando sueños, desviando miradas, ocultando risas, desafiando los días, evitando decir esas palabras que alguien necesita escuchar y sobre todo abrir la mente a aquellas situaciones que nunca quisiste reconocer.

Aprender a vivir debería ser una asignatura desde muy pequeños, disfrutar de cada minuto, de cada hora. Alegrarse por el amigo, por el padre, por la madre, por los hijos y demostrarlo. Si todos aprendiésemos a vivir, todas las buenas cosas nos vendrían de vuelta, todo sería mucho más fácil. Ilustrarse en lo que es la vida, nos ayudaría a comprender todo aquello que nos aportaría sabiduría, reconocer las virtudes, las capacidades, la ayuda, la solidaridad y con ello se evitaría la llegada a un mundo cada vez menos empático, más soberbio y más superficial. 

Los corazones mantendrían su color rojizo, jamás serían negros, ni grises y mucho menos insensibles.

Aprendiendo a vivir el mundo sería más verde, más azul, más limpio y mucho más puro.